Elogio de la frivolidad, paradigma banal de nuestros días, vitrina y muestra de una sociedad de juguete

Elogio de la frivolidad, paradigma banal de nuestros días, vitrina y muestra de una sociedad de juguete

Esa escasa o nula inclinación nuestra por descubrir las raíces de nuestro subdesarrollo político tiende a perpetuarlo. Permanecemos vulnerables a interpretaciones históricas y a ofertas políticas construidas sobre la mentira, o que apelan a la verdad sólo a medias. Nos seduce cuanta explicación de nuestras frustraciones remita la culpa a factores exteriores a nosotros mismos. Y, desde luego, esquivamos cuidadosamente, como quien rehúsa con horror un psicoanálisis, toda indagación sobre la causa profunda de nuestros fracasos.
Carlos Rangel. ( * )…

I – El falso ilusionismo de patria grande, el modelo latinoamericano que construye basureros societales… Algunos quieren más que medallas deporte, o que el hecho de producirla sea un esfuerzo que revele también que ese rubro no es más que un ejemplo de un conjunto de aspiraciones que hagan el mejor retrato de una sociedad, que da signos vitales de mejores senderos… ¿Dónde quedó el imaginario posible de nuestras Repúblicas?.. No la búsqueda de constituciones impuestas e inviables, como aquellas que cuestionaba José Martí con burla porque entendía que la construcción latinoamericana, antes que nada, pasaba por su realidad inmediata, para hacer viable un proyecto.
Pero no pasa nada. Y el discurrir de todo lo incierto continúa con su disfraz de paz latinoamericana que con sus colores de banderas, sus bailes y caderones entre merengones y tempos de cumbias borrachas, pone la mesa del fiestón y la plataforma de baile en la boca sucia de ceniza de un gran volcán que ni humo echará para avisar de le hecatombe…
Porque claro, algunos quieren creer en todo lo que ven, especialmente en esa idea de la patria y sus valores cimentados en las famosísimas “verdades que mienten”, donde hasta la saciedad la repetición es tanta, que el dominado termina por aceptar el condicionamiento y cada día se levanta con la misma maldita monserga, no le importa que sus alforjas, a título de buena moral y esfuerzo, estén vacías y con fondo roto…

II – Una estructura social paralela a dos bandas, lo de banda no es casual. Cuando se investiga bien la nueva estructura de clase del país, las sorpresas antagónicas: tienes un frente de capitalismo financiero al último grito de la post modernidad, con la mirada puesta, por sucesiones familiares curtidas en la ignorancia más sorprendente, para no buscar un calificativo peor, sobre su propio país, evadiendo la necesidad de la innovación y al mismo tiempo no asumiendo las responsabilidades de clase en la verdadera construcción de otro modelo de país.
En esa mixtura de grupos humanos e intereses, los patrones o paradigmas para las normas sociales se subvierten: si la Justicia se quita la venda o se hace la bizca para mirar vidriosos a los poderosos, el sector social más bajo, comprensivo y atormentado buscará formas y esquemas de funcionamientos efectivos, para producir dinero sucio que le procuren los mismos privilegios que los de arriba, estos compensados con un sistema de justicia con sostenedores transparentes en los ojos, de la dama de cobre.
Y esa construcción de todos los días y sus secretos, escándalos, malos guiones de acciones vitales que más bien rayan con la crónica roja, se convierte en lo cotidiano.
Se asiste a puestas en escenas preparadas por hacedores de juegos cuya imbecilidad personal pretenden homologarla con las miles de mentalidades que fuera, juzgaran los guiones que se les presenten: no se tiene en cuenta un simple detalle comunicacional sociológico dominicano: cuando en el ADN de una nación la huella de la barbarie autocrática es una cicatriz indeleble la duda eterna a todo lo oficial, siempre es la lógica de todo pensamiento escéptico aún cuando de norma no quiera ser crítico…
En esa construcción a dos bandas, la bifurcación social se inserta en el tiempo de modo inexorable y como la gota china, fría y geométricamente clara en su blanco, hace su grieta y esa grieta se hace tan grande y operativa, que terminamos aceptándola convencidos de que esa es la imagen definitiva, única y posible, del país donde vivimos…
III – Una sociedad de juguete necesita una pantalla, plástica y adecuada a su conformidad. En la construcción de la sociedad portátil (aquella novela de Adriano González León: País Portátil, premio Biblioteca Breve 1968.) debe haber un gran surtido de máscaras, no importa cómo las uses, pero en algún lugar de tu casa debes tener una enganchada, no importa tampoco el color que elijas, si te queda grande o pequeña, o muy ajustada, debes tener una, es lo esencial… Lo portátil es frágil, podría ser desechable también, lo triste es cuando ese término lo debes aplicar, a un espacio humano, merecedor de otro destino o crecimiento…
En esta fase, la televisión que nunca ha sido medio alternativo, jugará un papel esencial en el cutrerío mental deseado: allí se llega por auto-convicción de que mientras peor vistas y peor hables, estás a salvo, habrás ganado el medio de tus sueños, es decir: estás en tu elemento y no hablemos, jamás, de alguna estética odontológica perceptible y molesta a los ojos del espectador, habrás errado en la crítica, porque esa es la norma. Así las cosas, cuando te atreves hacer el famoso zaping, confiésate a todos los santos y arcángeles custodios de los datos exactos, las fechas y los nombres, porque esa clase llegó al medio por derecho propio, no por formación propia. El mejor retrato de esa mediocridad inaguantable, ramplona, lastimera, fue el debate de la Televisión Dominicana contra el polémico Jaime Bayly. Al margen de lo que pudiera decir el productor y comentarista peruano (Bufon televisivo, lector voraz agudo polemista, manejador del lenguaje castellano, sarcástico lúdico y mordaz) quien alega tener pruebas de sus afirmaciones extremas, la respuesta que vino de la Televisión Dominicana, a excepción de Gustavo Olivo, el único que parecía conocer al sujeto en cuestión, fue patética y reveladora de quienes son los que ejercen la televisión en esta nación. La respuesta dominicana, más que un ejercicio polémico de altura, se convirtió en una caza de brujas gay, como si el insulto en materia de preferencia sexual, fuera la única respuesta a temas de mayor profundidad.
El pasado 18 de septiembre, Bayly volvió por sus fueros mostrando burla y sarcasmo con quien con ingenuidad pueril se deja: la entrevista a Angel Martínez, el famoso investigador internacional de “grandes conexiones en Washington”, luego de esa entrevista pongo en duda la logicidad cuerda de su estructura mental…

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Lejos de todo aquello, finalmente, habría que ser ciego para no observar que las redes sociales nos han producido relevos sociales cuya competencia económica paralela, produce un capitalismo popular, sólido, que no niega su origen a lo largo de todos los medios que manejan, el micro universo de la música urbana como un componente que encontró expresión y presencia en las redes sociales, ese es el país que tenemos: un elogio a la frivolidad, la vitrina como jaula de ideas inservibles, en esa sociedad cuyos actos cotidianos, su crónica roja en especial, la convierten en un mero juguete letal (CFE)…

El personaje
(*) Carlos Rangel (1929-1988)
Fue un brillante político venezolano que produjo ideas, reflexiones sobre Venezuela y América Latina, muy en vigencia en estos días. Fue el autor de El Buen Salvaje al Buen revolucionario.

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