La Paz — Mientras la titular del Legislativo boliviano intentaba reunir el quórum necesario para llevar a cabo una sesión extraordinaria que permitiría elegir al sucesor de Evo Morales y convocar a nuevas elecciones en el país andino, el expresidente recibió asilo político en México.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard dio a conocer la información en conferencia de prensa el lunes por la tarde.
Aseguró que recibió una llamada de Morales en la que éste solicitó “verbal y formalmente asilo político» y que se le concedió porque “su vida y su integridad corren riesgo». Horas antes, México ya había dejado clara su postura frente a la crisis política en Bolivia y aseguró que la renuncia de Morales se debió a un golpe de Estado.
Ebrard agregó que su país había recibido otra veintena de solicitudes de asilo por la misma situación, aunque no especificó de quién se trataba. El mismo día, la senadora opositora Janine Añez, vicepresidenta del Senado de Bolivia, asumió la titularidad de esa cámara tras la renuncia de la oficialista Adriana Salvatierra y anunció que llamará a sesión el martes.
“Tenemos que encausar al país en el orden constitucional y garantizar la pacificación. Los políticos tenemos la responsabilidad inmediata de dar señales y certezas a los bolivianos», dijo Añez con la voz entrecortada cuando llegó al Senado escoltada por una guardia policial.
La Constitución prevé que ante la renuncia del presidente y vicepresidente, la tercera en la sucesión presidencial es la titular del Senado. Añez es la senadora de mayor cargo en el Senado en estos momentos, comentó la diputada Jimena Costa.
Añez dijo que el gobierno transitorio debe llamar a nuevos comicios y aseguró que habría gobierno interino hasta el 21 de enero de 2020 fecha en que se cumplía la gestión de Morales. La boliviana agregó que garantizará el arribo de todos los legisladores para asegurar el quorum.
Muchos están fuera de La Paz y piden garantías de seguridad para poder llegar. De no lograrlo, la sesión podría demorarse. El Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Morales, tiene mayoría en las dos cámaras y la llave para garantizar el quórum.
Poco después, Añez tuvo que ser evacuada del Legislativo ante la llegada de una gran cantidad de furiosos manifestantes desde la vecina ciudad de El Alto, bastión de Morales. A su paso, agredían a la gente y quemaban lo que encontraban a su paso.
La policía intentaba contener el avance, pero el número de manifestantes los superaba. Calles, comercios y oficinas fueron cerradas en La Paz ante el temor de nuevos saqueos como los de la víspera. Las calles de esta ciudad estaban desiertas. Los manifestantes atacaban con palos y piedras al grito de: “íMesa queremos tu cabeza!». Se dirigían a la plaza de armas, donde está el palacio presidencial.
La policía pidió a los manifestantes opositores que se encontraban allí replegarse para evitar choques. El opositor Carlos Mesa denunció que una “turba violenta» se dirigía a su casa pasa atacarla.
Más temprano, Morales se deslindó del caos que vive su país tras su renuncia y llamó a los líderes opositores a asumir su responsabilidad para regresar el orden.
Morales, quien renunció la víspera poco después de que el jefe del ejército se lo sugiriera y tras semanas de protestas por opositores que lo acusaron de encabezar un fraude electoral para quedarse un cuarto periodo en el poder, sostiene que su salida es resultado de un “golpe de Estado», algo que sus rivales rechazan.
“Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo», escribió Morales el lunes en su cuenta de Twitter, sin que diera ninguna información sobre su paradero.
“El mundo y bolivianos patriotas repudian el golpe», añadió. La oposición le respondió y sostuvo que se trató de un movimiento civil. “Es inaceptable que se interprete que hubo un golpe de Estado.
Lo que se vivió es una acción popular democrática en las calles, en contra de la intención de Morales de no aceptar que hizo fraude electoral y que además pretendió ir a una nueva elección», dijo Carlos Mesa, expresidente y candidato que obtuvo segundo lugar en los resultados preliminares de los comicios del 20 de octubre. En medio de la incertidumbre, han seguido las dimisiones.
El comandante de la policía, general Yuri calderón, dimitió ante señalamientos de no haber actuado para frenar el vandalismo el lunes en la madrugada en La Paz. En tanto, la Conferencia Episcopal buscaba un acercamiento con líderes políticos y cívicos para encaminar un acuerdo. “Se trata de buscar salidas pacíficas y concertadas», dijo el secretario de comunicación de la comisión, José Rivera.
“El camino hacia nuevas elecciones no será fácil en este entorno. Todavía no está claro quién asumirá el cargo de presidente interino y cuándo se celebrarán elecciones. Se necesitan cambios en la autoridad electoral y la asistencia de observadores para que cualquier nuevo proceso electoral se desarrolle sin problemas», dijo a AP Fiona Mackie, directora para América Latina de The Economist Intelligence Unit.
Mackie dijo que es probable que el país regrese a la inestabilidad política anterior a la asunción de Morales en 2006, lo que haría “más difícil abordar los crecientes desequilibrios económicos». Morales, de 60 años, gobernó 13 años y 9 meses y buscaba un cuarto mandato, pero las denuncias de fraude en las elecciones desataron semanas de protestas.
La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó las irregularidades de los comicios después de una auditoría electoral. La aprehendida presidenta del Tribunal Electora, María Eugenia Choque, declaró a la televisora PAT desde una celda judicial que fue “prisionera de decisiones impuestas», pero aclaró que revelará detalles en la investigación penal que le inició la fiscalía por “delitos electorales».
El paradero del Morales es desconocido, aunque en su renuncia dijo que regresaría al Chapare, en el centro del país y donde todavía es presidente honorífico de los cocaleros. Televisoras mostraron imágenes del mandatario aterrizando en el aeropuerto de Chimoré el domingo en la tarde poco antes de su renuncia.
Cuatro personas perdieron la vida y más de cien resultados heridas en violentos choques entre opositores y seguidores de Morales tras las elecciones entre acusaciones de fraude electoral.
El informe de auditoría electoral la OEA encontró irregularidades y puso en cuestión la primera mayoría de votos que reclamó Morales. Ese informe desencadenó los hechos que precipitaron la dimisión del mandatario. ——— El periodista de Associated Press Luis Andrés Henao en Buenos Aires contribuyó a este despacho.