2015: El año oscuro del fútbol

2015: El año oscuro del fútbol

Londres, Reino Unido.- Amanecía en Zurich cuando se advirtió a un hombre al que sacaban a la rastra por la puerta lateral de un hotel lujoso. El personal alzó una sábana blanca en un intento patético por impedir que se identificara al huésped, arrestado en su cuarto.

Eduardo Li estaba muy a la vista en la calle lateral desierta cuando lo obligaron a subir a un auto policial sin placas, uno de siete altos funcionarios de la FIFA arrestados en el allanamiento del hotel Baur au Lac realizado por pedido de la justicia estadounidense.

Años de investigaciones sobre la corrupción en el fútbol irrumpieron a la luz pública el 27 de mayo, cuando el llamado “Mundial del Fraude” quedó expuesto y la FIFA se vio obligada a realizar una limpieza interna.

Li, el presidente de la federación costarricense que se encontraba en Zúrich a la espera de ingresar a la élite del comité ejecutivo de la FIFA, era uno de los blancos menos conocidos del caso estadounidense. Pero su arresto, (http://bit.ly/1UdDi1A ), filmado en video por la Associated Press, fue el más visible.

Para fines de 2015, cuatro vicepresidentes de FIFA fueron acusados formalmente en Estados Unidos, dos de ellos arrestados en la segunda oleada de allanamientos en diciembre después de ser escogidos para reemplazar a los dirigentes de las Américas acusados en mayo.

Otro vicepresidente, Michel Platini, fue suspendido de cualquier cargo en el fútbol hasta 2023 junto con Joseph Blatter —a quien debía suceder en la presidencia— cuando sus actividades fueron objeto de investigación por la justicia penal suiza.    Después de 40 años en la FIFA, 17 de ellos en la presidencia, el reinado del aparentemente inamovible Blatter culminó en desgracia en 2015. Pocos lloraron su caída.

Blatter, de 79 años, no lo previó en febrero cuando dijo con una amplia sonrisa, “ahora ven por qué soy feliz”, mientras asistía a una reunión de la FIFA en un hotel en Irlanda del Norte acompañado por una novia casi 30 años menor.

Y a pesar de la indignación que provocaron las revelaciones sobre la magnitud de los sobornos —que se produjeron en las confederaciones, más que en la sede de la FIFA en Zúrich— Blatter logró hacerse reelegir para un quinto periodo en la presidencia el 29 de mayo.    Al día siguiente, Blatter se sometió a una dura conferencia de prensa en la que le preguntaron si las acusaciones eran indicio de “incompetencia o negligencia intencional”.

Con aire arrogante, Blatter juró que cumpliría su nuevo cuatrienio, pero su bravata duró poco.    “Entonces llegó la información distinta de Estados Unidos con esto y aquello”, dijo Walter Gagg, ayudante de Blatter, a la AP.

Advertido en reuniones con sus socios de que podría ser el siguiente blanco de los procuradores, Blatter conmocionó al mundo el fútbol el martes 2 de junio al anunciar su plan de renunciar, reconociendo que carecía de respaldo.    Blatter esperaba entregar el mando en febrero, pero el procurador suizo allanó la sede de la FIFA en septiembre e interrogó al presidente. Los años de sospechas acerca de la integridad de Blatter quedaron confirmados cuando el juez de ética de la FIFA lo suspendió debido a una transacción financiera con Platini, suspendido también por ocho años.

La investigación suiza —como la estadounidense— continuará en 2016 a medida que comienzan los juicios y más funcionarios temen que sus ganancias ilegítimas por contratos deportivos salgan a la luz. Al mismo tiempo, la FIFA aplicará reformas para su limpieza interna y la elección de un nuevo presidente el 26 de febrero.

Una de las imágenes más perdurables, sin embargo, en un año futbolístico marcado por las irregularidades fue la capacidad de este deporte para ofrecer una potente plataforma para la unidad, luego de convertirse en blanco de los extremistas islámicos en los ataques de París el mes pasado.

Después de que el partido entre Francia y Alemania en el Stade de France fue blanco de suicidas armados con bombas, quienes fracasaron en su intento de ingresar al estadio, la selección francesa viajó a Inglaterra para otro duelo amistoso. El encuentro se vio ensombrecido por un sentimiento de pena, pero también de fraternidad, ya que el arco del estadio de Wembley fue iluminado con los colores azul, blanco y rojo de la bandera francesa y el himno nacional francés fue cantado por los aficionados de ambos países.

Pero en medio del despliegue de amistad quedó el reconocimiento de que los estadios ahora eran posibles blancos para ataques terroristas. La seguridad fue rápidamente reforzada en toda Europa y el estado de alerta llevó a la cancelación de varios partidos entre selecciones de renombre.

Lo que más preocupa al fútbol en 2016 es garantizar la seguridad del público y jugadores, sobre todo, cuando Francia sea sede de la primera Eurocopa de 24 equipos en junio y julio.    Ese evento, junto con la Copa América Centenario en Estados Unidos, permitirá a las estrellas del fútbol demostrar por qué es el deporte preferido del mundo, más que una fuente de corrupción.

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