Este estrenado año 2019 contiene un reto para la capacidad institucional de la Junta Central Electoral (JCE), que tiene la encomienda de organizar las competencias internas de los grandes y pequeños partidos de cara a las elecciones separadas del año 2020; a saber, las congresual y municipal, en febrero, y la presidencial en mayo.
Después de ciertos eventos preliminares importantes, como el cumplimiento de una serie de disposiciones y plazos legales a partir del 10 de febrero, dentro de siete meses –o sea, el 7 de julio- empieza oficialmente la campaña interna de los partidos del sistema, cuyo bautismo de fuego será a finales de octubre cuando están previstas las primarias para elegir los candidatos presidenciales del 2020.
Según la nueva ley de partidos, estas agrupaciones políticas son libres para escoger sus candidatos de entre un variado menú, el cual incluye la nueva modalidad de primarias abiertas, simultáneas y organizadas con el Registro Electoral de la JCE; también ofrece la tradicional primaria cerrada, o con padrón propio, así como convenciones, asambleas o encuestas.
Hasta ahora el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), es el único que ha seleccionado las primarias abiertas, simultáneas y arbitradas por el máximo tribunal con su registro de votantes, un método electoral defendido por el presidente Danilo Medina, quien venció en una pulseada interna al ex presidente Leonel Fernández, defensor del ortodoxo proceso cerrado. El opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) decidió asumir su votación primaria de forma cerrada, el PRSC prefiere las asambleas. El resto del sistema de 24 formaciones aún no se decide.
Concomitante al quehacer de la JCE, la incertidumbre aumenta mientras se aproxima marzo, plazo prometido por el presidente Medina para despejar la incógnita acerca del tema reeleccionista. ¿Será él u otro?