Pasados los segundos , los minutos , las horas y los días ; llegó el año 2021 , todos le abrimos la puerta de nuestra vida a 2021 , tal vez estamos siendo muy exigentes con este señor , estamos demandando más que en cualquier otro año ; estamos colocando sobre 2021 muchas esperanzas , muchos anhelos , muchos planes y muchos sueños que tuvieron que ser postergados porque su hermano menor (2020) nos dejó a todos con las manos en la cabeza . Muchos abrazos no se pudieron dar , muchas posibles parejas no llegaron a conocerse , aquellas conversaciones en el bar no se pudieron concretar , muchos cumpleaños pasaron de largo sin la acostumbrada celebración (sacar a bailar a una desconocida será una especie en extinción) ; personas que en condiciones normales hubiesen sobrevivido , hoy no están con nosotros , muchos perdieron el empleo que creían seguro , algunos se vieron obligados a cerrar la empresa que emprendieron años atrás ; muchos otros emprendieron una idea que caló en estos tiempos de crisis sanitaria , económica y social ; de hecho el sector farmacéutico ha ganado todo el dinero del mundo más dos pesos.
Por lo tanto, todos hemos colocado a 2021 en una situación bastante difícil, esperamos de él todo lo que nos quitó 2020. Los optimistas consagrados, en los cuales estoy yo, nos hemos dado a la tarea de soñar en un futuro mejor. Hay razones suficientes para estar seguros de que estaremos mejor , de hecho el propio Bill Gates (segundo hombre más rico del mundo según Forbes) asegura que gracias al avance con las vacunas y los tratamientos para mitigar la Covid-19 , en este año 2021 podemos volver casi a la normalidad , aunque seguirán las restricciones que irán desmontándose de manera paulatina .
2020 nos enseñó a todos que, ciertamente lo único seguro después de nacer, es morir. 2021 nos enseñará a unos cuantos que, el ser optimista mas que una condición, es una decisión.
“Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la esperanza infinita”. Martin Luther King Jr.