Por Nelson Marte
«No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo» -Víctor Hugo
Abrimos 2024 a pasos firmes hacia un régimen republicano, democrático, idea abrigada por nuestro pueblo en toda su existencia.
Tras el daño causado por tiranos como Santana, Báez, Lilís, Trujillo y otros, fuimos marcados por políticos cegados por la ambición personal y de poder.
Los últimos oficiantes de esa cultura fueron Leonel y Danilo. En ejercicio de un tercer mandato Fernández reformó la Constitución eliminando la prohibición que le impedía volver a ser presidente.
Luego de permanecer en el poder durante dos períodos, Medina abocó al país a una crisis política de grandes proporciones, insistiendo inútilmente en hacer otra reforma constitucional para volver a reelegirse.
Coherente con el compromiso institucionalista que nos conculcó José Francisco Peña Gómez a los PRD-PRM, Luis Abinader redirecciona hoy al país por la senda democrática.
Tenemos un CNM apegado a su legalidad, Tribunal Constitucional, Junta Central Electoral, Tribunal Superior Electoral, y Superior Administrativo, Procuraduría General y Suprema Corte actuando con libertad e independencia.
Completa esa plataforma institucional, un esquema de libertad informativa que acaba de ser declarado por la SIP como país líder de libertad de prensa en las américas.
Pero el pasado y sus cómplices en la opinión pública buscan volver a su fiesta de asalto al patrimonio nacional.
Por eso difunden desconsuelo, desesperanza y falta de fe en el país y su porvenir.
Mas hoy abrimos un nuevo año fortaleciendo la institucionalidad democrática porque es pilar de un país sin tanta desigualdad y atraso, y que nos permite dejar atrás los tiempos en que la reelección era una maldición.