50 Aniversario de Teatro Nacional

50 Aniversario de Teatro Nacional

Terminado el Festival de Inauguración del Teatro Nacional, se iniciaba en 1974 un primer período de consolidación, un verdadero reto que el director Carlos Piantini debía asumir, no solamente elaborando una programación artística, estaba consciente que detrás de la parafernalia del espectáculo están los héroes anónimos, aquellos encargados de darle movimiento al escenario, de crear la magia, los técnicos, tramoyistas, regidores, sonidistas y luminotécnicos.

Piantini, consciente de que no se poseía un personal técnico calificado, con algunas excepciones, solicitó la ayuda del especialista español Enrique de la Hoz, conocedor de la materia y cercano al Teatro desde que apenas era un proyecto, habiendo sido contactado por el arquitecto Teófilo Carbonel. Así se inició la formación del personal técnico que por muchos años ha laborado en el Teatro, como Francisco Morillo Rosario -Papolo- encargado de sonido; los primeros tramoyistas, José Pérez Romero y Rafael De Paula, y Juan de la Cruz Blanco, cuyos pasos aún se escuchan tras bastidores. Desde el primer día la actriz y luminotécnica Lillyanna Díaz, que había cursado estudios en Estados Unidos, formó parte del equipo, junto a Marosa Mallorga -directora técnica-, Bienvenido Miranda -director escénico- y Piedad Montes de Oca -Relaciones Públicas-.

Las autoridades del teatro, no obstante la respuesta del público durante el Festival, estaban convencidos que no había un público lo suficientemente numeroso para responder a todas las manifestaciones artísticas, entonces se elaboró un plan para acercar al público con visitas guiadas, especialmente para estudiantes a los que además se invitaba para presenciar los ensayos de géneros no tan conocidos para ellos, como la ópera o conciertos sinfónicos, conscientes de que nadie puede amar lo que no conoce.

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En ese mismo tenor, se programaron charlas, conferencias y cursos de apreciación musical impartidos por el profesor Julio Ravelo de la Fuente, que inicialmente tuvieron lugar en la Sala Ravelo. Otros espacios a visitar en el tercer nivel del Teatro, eran el salón dedicado a la formación del museo del Teatro Dominicano y el otro dedicado a exposiciones temporales.

El Teatro Nacional abrió sus fronteras, sus jardines se convierten en un maravilloso escenario bucólico con variadas actividades, como retretas, conciertos y danzas folklóricas, a los que acudía un numeroso público, que potencialmente se convertiría en asiduo al teatro.

Durante este primer período fue presentada la ópera: Rigoleto y la zarzuela Los Gavilanes -1974-. Ese mismo año pasaron por su escenario instituciones de gran prestigio internacional, como la Orquesta Sinfónica de Milwaukee, Los Niños Cantores de Viena y el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba.

Otra realidad que enfrentaba el Teatro era la posibilidad de autofinanciarse para lograr espectáculos de gran envergadura. La empresa era difícil, entonces el Gobierno motivado, creó para apoyar su programación el “Patronato del Teatro Nacional”, mediante el Decreto 4401, del 27 de marzo de 1974, constituido por hombres de negocios, de la cultura y la política. El alquiler de sus locales y el acercamiento con empresas y embajadas, era otro medio para lograr la programación artística del Teatro…

El 1975 fue un año paradigmático, se organizó la primera temporada de óperas, en la que se presentaron: El Barbero de Sevilla, Tosca, Il Tabarro y Madama Butterfly. Ese mismo año tuvimos la oportunidad de ver el Ballet Real de Dinamarca, el New London Ballet, Antonio Gades y su Compañía y la Orquesta Sinfónica de Moscú, junto al gran pianista Vladimir Viardot

En el 1976 el folklore llega al gran escenario del Teatro con la presentación del Ballet Folklórico Dominicano, dirigido por Fradique Lizardo, a partir de entonces el folklore ocuparía un lugar importante dentro de la programación del Teatro. Ese mismo año -1976- en un nuevo acercamiento a la cultura popular, “Sonia Silvestre canta a los poetas de la Patria”.

Otros grandes momentos se vivieron en el Teatro Nacional durante ese año 1976, con las presentaciones de La Orquesta Sinfónica de Washington, el Ballet de Flandes, El Ballet Nacional de Cuba, con Alicia Alonso, la Orquesta de Cámara de Moscú, el Grupo Teatral STU de Polonia, y el Ballet de los Festivales de España. Un espectáculo sin precedentes tuvo lugar ese año, la celebración del Concurso de Miss Universo 1976, realizado en la Sala Principal.

En el 1977 se llevó a escena la ópera La Traviata bajo la dirección Musical de Carlos Piantini y la dirección escénica de Anthony Stivanello, protagonizada por la soprano Diana Reed y el tenor dominicano Henry Ely. Otra ópera presentada este año fue “Carmen”, bajo la dirección musical de Carlos Piantini.

Abierto a todas las manifestaciones artísticas, en 1978 el Teatro Nacional acogió un importante encuentro con grupos folklóricos de nuestro país, y de Venezuela, Curazao, México, Puerto Rico, Panamá, Haití y Chile. Al cerrar este primer ciclo de cinco años, más de medio millón de personas habían pasado por sus salas, pero no era suficiente…

Un nuevo período se inicia en 1979. Asume la dirección del Teatro el músico y gran violinista Jacinto Gimbernard, que seguirá la senda iniciada en el período anterior, dando predominio en su programación a los artistas dominicanos, siendo un ejemplo de ello la presentación de la ópera “Elixir de amor”, protagonizada por nuestros más consagrados líricos, y de la “Comedia Musical Solano”.

Momentos relevantes de ese año fueron la presentación del pianista cubano Frank Fernández, el “Cuarteto Portland” y el Ballet Folklórico de Venezuela.

El teatro como género vive otro momento importante al participar en la Temporada Teatral Dominico-Mexicana.

Durante un breve período las puertas del Teatro estuvieron cerradas debido al paso del ciclón David y la tormenta Federico. Solo la Sala Ravelo se mantuvo parcialmente abierta. Luego, al abrirse la Sala Principal y como cierre de ese difícil año 1979, el Ballet Clásico Nacional y la Academia de Ballet Clara Elena Ramírez, llevaron por primera vez al Teatro Nacional el ballet “Cascanueces”, coreografía de Carlos Veitia, y en el que brillaron nuestras estrellas de la danza.

Al inicio del año 1980, el 28 de enero, es nombrada directora del Teatro Nacional, la destacada pianista y animadora cultural doña Aida Bonelly de Díaz, quien había sido co-directora durante la dirección de Carlos Piantini. Al inicio de su gestión fueron presentados el “Ballet Nacional de Venezuela” y dos óperas, “La Boheme” y “Don Pasquale”.

De nuevo los jardines del Teatro vuelven a ser espacios para la recreación, con retretas los domingos. Una función memorable fue la ofrecida por la Banda de la Flota del Atlántico, de los Estados Unidos, a la que acudió un numeroso público. Los espectáculos populares de gran nivel estuvieron presentes en este año. El cantante Danny Rivera se presentó con un programa diseñado para la ocasión, una “Antología de la canción dominicana”, y más tarde Michael Camilo, Chick Corea y su grupo de jazz presentaron el concierto “Homenaje a la Canción Romántica Dominicana”, en el que participaron 12 cantantes del país bajo la dirección del maestro Rafael Solano.

En el mes de septiembre -1980- el coreógrafo Eduardo Villanueva llevó a escena el primer Ballet Histórico Dominicano “Las Hermanas Mirabal”. Otros ballets presentados esa noche fueron Concertino, Tarantela, Ionizacion y Bolero de Ravel, coreografías de Carlos Veitía. Ese año se iniciaron los “Conciertos Populares”.

Doña Aida reestructura los espacios del Teatro de acuerdo a las necesidades reales. El Salón de Exposiciones transitorias se convierte en la Sala de la Cultura, inaugurada el 1 de julio de 1981, lugar idóneo para recitales, cursos de apreciación musical, charlas y conciertos de cámara. La Sala Ravelo se dedica exclusivamente para teatro. Ese año fueron presentadas las óperas “Madame Butterfly” y “Tosca” y el musical “La Verdadera Historia de Pedro Navajas”.

La dirección del Teatro Nacional, consciente de las características de nuestro pueblo, busca con su diversidad de propuestas escénicas, tanto clásicas como populares, bajo el criterio de la excelencia, no importa el género, atraer más público….

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