Ese día el entusiasmo fue desbordante. La ciudadanía acudió presurosa a los centros de votación. Mujeres y hombres, jóvenes y viejos, madrugaron para disfrutar el ejercicio de un derecho conculcado durante tres décadas. Rústicas casetas, con puertas de papel, preservaban el secreto del voto. Las mesas electorales estaban presididas e integradas por munícipes distinguidos, dispuestos … Sigue leyendo 60 años después
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo