Cuando de belleza se trata parecería que las personas lo han probado todo, o casi todo. Así que si usted es de aquellos que busca nuevas opciones, en esta ocasión le traemos las propiedades de agua de rosas.
De acuerdo con Nivea, el agua de rosas es un producto cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, pues pasó por culturas como la persa, la egipcia o la romana. Todas ellas cayeron rendidas ante sus beneficios y parece que tenemos intenciones de seguir haciéndolo, tal y como veremos más adelante.
Indica que este producto se obtiene a partir de agua destilada con pétalos de rosa en un alambique. En concreto, por arrastre del vapor de agua se obtiene, por un lado, el aceite esencial de rosas y, por otro, el agua de rosas o hidrolato.
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Las propiedades
- El agua de rosas contiene vitamina B, C y E. Todos estos nutrientes te ayudarán a suavizar la piel, hidratarla y combatir la oxidación.
- La ausencia de alcohol la hace ideal para las pieles sensibles y reactivas, además de cerrar los poros.
- Limpia profundamente y arrastra el exceso de grasa. También presenta taninos y pectina que ayudan a limpiar y reafirmar.
- Gran poder antiarrugas ya que estimula la producción de colágeno, además reduce las estrías y es capaz de disimular las cicatrices.
- Poder calmante que te vendrá de perlas tras la depilación ya que la piel suele estar muy sensible y poco dispuesta a recibir cremas.
- Relaja la piel y puede ser beneficiosa para las bolsas de los ojos y las ojeras.
- Combate la caída de pelo y lo fortalece.
Cleopatra sabía de sus beneficios
Se dice reina Cleopatra, toda una influencer de su época cuyo ejemplo todavía perdura, conocía de los beneficios del agua de rosas.
Además, los árabes también se adentraron en sus virtudes durante el medievo y, cómo no, los franceses le otorgaron fama mundial al emplearlo en infinidad de sus más afamados productos.
Aunque es cierto que había caído en desuso, parece que retorna a nuestro neceser y la industria cosmética vuelve a incluirla en sus líneas de belleza.
Así, empleándola como tónico, podemos ayudar a relajar nuestra piel, al tiempo que la regeneramos, aportamos luminosidad, la hidratamos y, cómo no, combatimos las arrugas.