Los trágicos sucesos de abril de 1984 marcaron un antes y un después en la historia de las protestas populares en el país. Ciertamente, hubo un levantamiento popular contra las medidas económicas impuestas por el gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco, pero también se produjo una escenificación de la lucha de clases a la que aludía Carlos Marx en sus escritos. En efecto, las protestas de 1984 respondieron a las profundas desigualdades económicas y sociales en la República Dominicana de aquellos años, que lamentablemente todavía son actualidad, incluso hoy con mayor vehemencia y brutalidad que ayer.
Si tomamos en cuenta los barrios de la capital donde se produjo el estallido, se puede visualizar cómo el fenómeno se desarrolló en contextos urbanos, especialmente en entornos marcados por la aguda pobreza multidimensional y caracterizados por la precariedad en el acceso a los servicios básicos de vivienda, salud y educación. De allí, que, con una condición crónica de miseria, el alza abusiva en los precios de los alimentos y medicamentos fuera “la chispa que encendiera la pradera”, en los barrios capitalinos como el Ensanche Capotillo, Villa Juana, Villa Mella, Villa Duarte, Ensanche Agustina, Las cañitas, Cristo Rey, Ensanche Espaillat, Km. 12 Carr. Sánchez, Villas Agrícola, Los Minas, 27 de Febrero, Villa Consuelo, Mejoramiento Social, Herrera, Ensanche La Fe, Ensanche La Paz, Simón Bolívar, Villa Francisca, Los Frailes, Juan Pablo Duarte, Los Guandules, Gualey, Ensanche Luperón, Sabana Pérdida, La Cienaga, Los Alcarrizos, Los Mameyes, Ensanche Quisqueya, San Carlos, Cansino Adentro, entre otros.
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En el interior del país, los casos de Santiago de los Caballeros y San Francisco de Macorís son elocuentes, cuyos muertos y heridos procedían de sectores como el Ensanche Libertad, Barrio Cienfuegos, Los Ciruelitos, Barrio Mary López, Barrio Lindo, Barrio Pueblo Nuevo, Ensanche Bermúdez, Los Jazminez, Villa González, Buenos Aires, Bella Vista, Barrio San Martín de Porres, entre otros. Esto nos ayuda a entender por qué en su momento, el Prof. Juan Bosch denominó el fenómeno como “La poblada”, vinculando los acontecimientos a la expansión de las principales centros urbanos del país, cuyos barrios se fueron conformando por pobladores que migraron del campo a la ciudad tratando de huir, en busca de trabajo, de la marginalidad que se vivía en la ruralidad desde principios de la década de 1960.
La inusitada violencia de la represión desatada por las fuerzas de seguridad del Estado evidenció la naturaleza clasista del conflicto, cuando los militares dispararon indiscriminadamente contra civiles no solo desarmados, sino marginales desde el punto de vista social, verdaderos hijos de machepa, sin dolientes en los estamentos de poder y casi huérfanos de amparo institucional. Estas víctimas tenían una edad media de 25.9 años, con edades que oscilaban desde los 16 días de nacida hasta los 70 años. Otro dato no menos significativo es que de las más de 100 víctimas registradas, el 20% fueron mujeres. La respuesta del Gobierno ante las protestas nos muestra la manera en la que se ejerce el poder en una sociedad dividida por clases, ya que todavía hoy es muy raro ver que un rico sea tratado como fueron aquellos manifestantes maltratados, aunque supuestamente “todos seamos iguales ante la ley”.
En recordación de todos los caídos que perecieron por la brutalidad estatal y la represión contra un movimiento de protesta que en esencia reivindicaba la justicia social y económica para el pueblo dominicano, a continuación reproducimos el siguiente listado depurado con los nombres de las víctimas, según diferentes fuentes y registros consultados.
Del libro de Haffe Serulle, El salto de la sangre (testimonio de la matanza de abril 1984), tenemos a: Cristian Antonio Liriano Santana, Ramón Arias Mosquea, Danilo Soriano, Julio Cesar Martínez, Mercedes Luisa Guzmán Martínez, Santos Fausto De la Cruz Bautista, María Jesusita Sosa, Maribel Peña, Trinidad Raposo Ferreras, Andrés Avelino Fabián Jimenez, Ana Disla, Adolfo Sebastián Brito Escolastico, Nilda Herasme, Joanny Gerónimo, Rafael Del Rosario, Abraham Agramonte Solís, José Altagracia Paniagua, Ruddy Fernando Agramonte Peguero (Freddy), Rafael Peña Castro, Máximo Capellán, Julia María Madé Perdomo, Guillermo Kely Sandoval, Moisés Ramírez Paredes, Estanislao Carrión (Lao), Antonio Díaz, José Salvador Guarero, Miguel Angel Bautista Infante, Manuel de Jesús Ortiz Polanco (Manolito), Andrés Mieses, Roberto Santos Lebrón, Daniel Apolinar Tineo Moscoso, José Luis Rodríguez Martínez, Juana Ulloa Galicia, Miledys Durán, Ondina Muñoz Soto, Juan Siguín, Dagoberto De la Cruz, Rosa Vicioso, Domingo Antonio Polonia Comprés, José Martínez, Francisco Ramírez, Rafael Arismendy Bretón Then (Fey), Rafael Liranzo Herrera, Francisco Javier Herrera Jiménez, Hilda Caridad Cruceta, Ramón Imbert, Ramón Arias Martínez, José Antonio Cruz Rodríguez, José Santiago Domínguez, Marcos Herminio Reyes Collado, Gustavo Smith, Miguel Tejada, Tony Rafael Vásquez Minaya, Inocencio Imbert Sepúlveda, Andrés Hernandez (Pata sucia), Arcadio Paulino Medina, Víctor Antonio Martí González, Julio Rosario Manzueta, Miguel Antonio Peña (Capuchín), Reynaldo Antonio Núñez Peña (Pasín), Pascual Rodríguez Suarez (Gualo), Macglenny de los Santos Durán, Marino Rosario Jiménez, Juan Santana (Grifo), Magaly Padilla Fermín, Carlos Manuel de Jesús Abreu Rosario, Jairo Matos Feliz, Jesús Arismendy Ramírez.
Del libro de Oscar López Reyes, Poblada y matanza (1984), tres días de protestas y otros relatos, se agregan: José Antonio Rodríguez Espinal (El Taira), Trípode Santiago, William Bussi Villanueva, Carlos De Jesús Polanco, Altagracia Féliz, Ramón Agustín Céspedes (El pelú), Juan Segura, José Ramón Rodríguez, José Ernesto Martínez Sanchez, Orquidea Rosa, Andrés Muñoz, Bienvenido Nicolás Pelegrín, Cristina Mercedes Cabrera, Carlos M. Cordero, Daniel De los Santos Ramírez, Francisco Salazar, Julio Uribe, José Antonio Ramírez, José Luis Martínez, Hilda Candelario, Matilde Hernández, María Ruíz, Moisés Caridad Inocencia, Milagros Soto de Pérez, Mercedes González, Ninín Jiménez, Víctor Estrada, Altagracia Sura, Wilfredo Antonio Nolasco, Maritza Suna Paulino, Miguel Ortega, Mariano Muñoz. Loor a la memoria de todas las víctimas del crimen de Estado que fue la masacre de abril de 1984!
Prof. Amaury Pérez, Ph.D. Escuelas de Sociología e Historia Universidad Autónoma de Santo Domingo – UASD