El abuso infantil es toda conducta de un adulto hacia un menor que por acción u omisión lesiona el desarrollo físico, psicológico o sexual del niño.
Cuando se habla de abuso físico se trata de las lesiones en el cuerpo causadas por el adulto. Y en muchos casos son ocasionadas por los mismos padres.
El abuso físico se produce cuando los padres consideran el castigo físico como el mejor método para que el niño obedezca. Es lo que se llama estilo de paternidad autoritaria, señala la psicóloga familiar Indhira de la Cruz.
Este tipo de actuaciones también se dan cuando los padres reciclan las mismas conductas abusivas que sus padres tuvieron con ellos.
Otra causa, dice la profesional de la conducta, es el nerviosismo, la tensión producida por el exceso de trabajo en la casa o fuera de ella, los problemas económicos y algo muy frecuente: cuando hay conflicto entre los esposos.
Pero también ocurren abusos emocionales, causados con palabras o gestos con que el adulto amenaza, humilla o ridiculiza, ocasionándole al menor daño psicológico.
Muchas veces se da por desconocimiento del padre cuando le pide al niño más de lo que es capaz de hacer en cada etapa de su desarrollo.
El abuso considerado como el peor. Además, se abusa sexualmente de un niño o niña cuando un adulto busca su propio placer a través de una conducta sexual, sin respetar la etapa de desarrollo del menor.
No solo se refiere a mantener relaciones sexuales con menores, sino que estas conductas pueden ser desde tocarle pechos o genitales, pedir o obligar el niño que le toque sus genitales a él o ella, insinuación sexual, obligarlo a presenciar actos sexuales y exhibir los órganos sexuales al niño.
De la Cruz dice que también se considera negligencia sexual no enseñarles a cuidar su cuerpo y a protegerse de personas que podría hacer le daño.
Un dato que hay que tomar en cuenta es que el abuso sexual, en su gran mayoría, lo producen personas cercanas al niño, que gozan de su confianza o representan figuras de autoridad.
Cómo saber si un niño está siendo abusado. El niño puede presentar trastornos conductuales y o conductas extremas como inseguridad, timidez, depresión, ansiedad, pobres relaciones sociales, rebeldía, desconfianza, conducta antisocial problemas de autoestima, y alteración en su sexualidad (como tendencia a la prostitución, a la homosexualidad, a la promiscuidad y disfunciones sexuales).
Se puede sospechar cuando manifiesta miedos hacia algunas personas específicas, o negación de ir a algunos lugares, cuando presentan un comportamiento regresivo y cuando hay un deterioro en su rendimiento académico.
¿Qué hacer? Evitar una reacción violenta, enfrentar la situación de manera adulta y con firmeza, apoyarle emocionalmente y darle la seguridad de que todo se va a resolver, avisar a las autoridades competentes y buscar ayuda psicológica.
El caso de RD. Según las estadísticas de la Procuraduría General de la República, en el 2011 se registraron unos 1,806 casos de abusos a menores, siendo la provincia de Santo Domingo donde se produjo la mayor cantidad de casos (1,107). Le sigue el Distrito Nacional con 265 casos y Santiago, con 156.
Estos casos se registran por las denuncias que se reciben a través de la línea Vida, 809-200-1202, de acceso gratis.
LAS CLAVES
1. Valorizar
Valorice a los niños y destaque sus cualidades y esfuerzos. Así fortalece su autoestima.
2. El amor
Manifieste el amor que tiene para el niño. Exprese con caricias, besos, abrazos y frases su afecto hacia ellos.
3. Las necesidades
Supla las necesidades básicas de los niños según su edad.
4. Comunicación
Mantenga abierta la puerta de comunicación con sus hijos.
5. Disponibilidad
Esté disponible emocionalmente para sus hijos: escuche, hable y dedique tiempo a jugar con ellos.
6. Democracia
Desarrolle un estilo de paternidad democrático, ni autoritario ni permisivo. En este estilo se negocia, se consulta, existen reglas claras y consecuencias lógicas.
7. Seguridad
Si usted tiene que dejar a su niño con otra persona, si es niñera asegurase de obtener su procedencia y dirección. Si lo deja con otro familiar aproveche un momento para observar la interacción del niño con ese adulto.
9. Sorpréndalos
Realize llamadas o visitas inesperadas a la persona para ver cómo van las cosas.
10. No pierda el control
No permita que los problemas o el cansancio le hagan perder el control.