Jacqueline Malagón es una reconocida educadora y exministra de educación dominicana quien vivió la experiencia, durante dos años, de verse imposibilitada de comer alimentos sólidos. Hoy puede compartir junto a sus allegados y seres queridos el placer de disfrutar de una rica comida sin temor.
Malagón, durante 24 meses vivió la angustia de que todo lo que intentaba llegar a su estómago, volvía hacia fuera, por los constantes vómitos, situación que estaba acompañada por permanentes y fuertes náuseas, síntomas que se fueron agudizando, tolerando solo cantidades muy pequeñas de alimentos, junto a una pérdida de peso constante.
Sus médicos en República Dominicana estaban muy preocupados por un posible cuadro de desnutrición. Ante esta situación le recomendaron que se sometiera a un estudio de medicina nuclear en Cleveland Clinic, lugar donde estaban seguros de que podían resolver su caso, por contar con los equipos necesarios.
Malagón de inmediato inició los trámites para su chequeo en el hospital Cleveland Clinic Weston, indicando que, desde la primera llamada a la representante del hospital en el país, la señora Julieta Javier, se sintió más tranquila gracias al trato afable y las orientaciones para agendar la fecha de evaluación con los especialistas del centro médico.
La doctora dominicana Brenda Jiménez, especialista en gastroenterología de Cleveland Clinic, quien tiene una amplia experiencia en trastornos esofágicos y trastornos gastrointestinales, explica que Malagón presentaba un cuadro de reflujo ácido crónico, una afección en la que los contenidos que portan ácido en el estómago se filtran persistentemente hacia el esófago, conducto que va desde la garganta hasta el estómago.
“El reflujo ácido es causado por la debilidad o relajación del esfínter esofágico inferior (válvula). Normalmente, esta válvula se cierra herméticamente después de que la comida ingresa al estómago. Si se relaja cuando no debería, el contenido de su estómago vuelve a subir al esófago, este era uno de los síntomas que presentaba la paciente”, comenta la doctora.
La cirugía laparoscópica antirreflujo, un procedimiento mínimamente invasivo
El doctor Samuel Szomstein, del Instituto Bariátrico y Metabólico de Cleveland Clinic, estuvo a cargo del caso de Malagón, declara que la paciente, de 81 años, presentaba una hernia paraesofágica en la que parte de la gastrectomía en manga había migrado al tórax causando la dificultad para tragar, así como el reflujo, los vómitos y nausea.
Agregó que se le hizo reparación laparoscópica de hernia paraesofágica. «Esta paciente también fue sometida a una cirugía de triple alcance para reubicar el estómago. Se limpiaron las adherencias en las paredes del esófago producidas por dos años de vómitos que le hicieron perder 110 libras. En la misma cirugía, le fue reparada la hernia hiatal al cerrar laparoscópicamente el hiato diafragmático alrededor del esófago», detalló el especialista.
La exministra, quien ha dedicado más de 60 años a la educación, cuenta que en todo momento el equipo de especialistas mantuvo una actitud positiva en cuanto a su diagnóstico. “El médico me dijo: su caso es extraño y poco frecuente, pero no se preocupe que la vamos a ayudar”, comentó Malagón.
Luego de tres meses comiendo solo líquidos y cero jugos ácidos para ayudar al proceso de recuperación de sus órganos, pudo volver a comer alimentos sólidos. “Hoy estoy feliz, a un año de mi cirugía de poder llevar una vida normal y comer todo lo que me gusta. Me siento sumamente agradecida con Dios, con mis médicos en República Dominicana que me enviaron a Cleveland Clinic, a donde me fui con mucha confianza y todo el equipo que me atendió, desde la cita para mi chequeo de diagnóstico, todos los médicos que me atendieron durante el proceso hasta el día de mi alta médica”.
Con mucha alegría cuenta que su primera comida sólida fue un delicioso pedazo de pan y una copa de Champán, la cual compartió junto a unas amigas cercanas como forma de celebrar el éxito de su intervención quirúrgica.