A Mícalo Bermúdez y al Ministerio de Obras Públicas

A Mícalo Bermúdez y al Ministerio de Obras Públicas

Reynaldo Peguero

Hoy día la carta institucional tiene escasa validez. Este siglo XXI donde imperan las redes sociales y los celulares, el magnicidio del lenguaje escrito continúa su curso. Cada vez se hace más difícil que una comunicación se responda con la debida celeridad que demanda la urgencia. La última referencia es la carta que remitimos el pasado 14 de septiembre a Mícalo Bermúdez, empresario y Deligne Ascensión, ministro de obras públicas, sobre la ampliación de la autopista Duarte en Santiago. Comunicación que subraya diversas proposiciones. Avenida que debiera ser reconstruida como la conectividad verde y permeable que siempre ha sido. Eso es lo propio en donde acontecen más de 250 mil viajes/día.

Muchos constructores están desactualizados. Con escasas habilidades de cómo llenar de arboles, las diversas autopistas. Las vías además de conectar ciudades, son claves para controlar inundaciones y enverdecer toda la Nación. Santiago, es sede del Parque Central, Jardín Botánico, circunvalación arborizada y cientos de espacios verdes barriales y jardines familiares florecidos.

Arborizar con metabolismo de ciclo virtuoso, no tiene nada que ver con sembrar “palmeras y matas de coco” para que se vean bonitas. Eso no es reforestación vial, sino cursilería verde de mal gusto.

Puede leer: Banco Mundial con iniciativas territoriales innovadoras

Pareciera que ni en los diseños, ni en la obra, se han tomado previsiones para una franja verde en el camellón central y litorales viales. Especialmente para usar una arborización nativa que impacte los gases efecto invernadero, genere sombra, reduzca temperatura y aumente la permeabilidad. Los fallos iniciaron el mismo día que el ingeniero Onésimo González, presentó los primeros trazados a principios de año. Le señalamos la ausencia del sistema verde y gestión pluvial inteligente que debía acompañar esas intervenciones.

Si el gobierno impulsa una significativa inversión, los técnicos de obras públicas deben ser coherentes con el Plan Estratégico 2030 y los Acuerdos de Compromiso Santiago. Especialmente para que las obras y vialidades faciliten ordenamiento territorial, armonicen uso de suelo y controlen el cambio climático con sentido metropolitano, pues se involucran diversos municipios.

Tampoco tiene fundamento en la Ley 6232 de Planificación Urbana, construir aceras y contenes en los litorales de esa vía primaria, diseñada para velocidades de 100 km/hora.

Santiago no conoce el sistema de iluminación que se utilizará. Menos si tendrá energía solar recargable. Si se alumbrará para reducir accidentes con estructuras y equipos de cámaras de control de la delincuencia. Igualmente los accesos irregulares deben cerrarse y garantizar tránsito seguro a bicicletas y motocicletas.

Como afirma un amigo obispo centroamericano, Mícalo Bermúdez y Deligne Ascensión, deben poner “Ojo al Cristo” en esta vía.

Publicaciones Relacionadas