Odalis Mejía 
Falta de recursos, problemas de coordinación y seguimiento, oposición de sectores conservadores, carencia de apoyo legislativo han incidido en que la tasa de embarazo en adolescente se mantenga en un 22% a pesar de los diversos planes que se implementan desde el Gobierno y organismos internacionales hace años.
Estas consideraciones están contenidas en el Plan Nacional de Prevención de Embarazos en Adolescentes 2019-2023 que lanzó la Vicepresidencia de la República para continuar el programa que concluyó en 2016 sin lograr impactar la tasa que coloca al país a la cabeza de la región.
Uno de los programas sin concreción es el de educación sexual integral a pesar que ha sido diseñado desde el Ministerio de Educación. “Esta estrategia ha contado con una fuerte oposición de grupos conservadores que han vetado algunas leyes que plantean la inclusión obligatoria de estos temas en la formación integral de niños, niñas y adolescentes”, señala el nuevo plan.
En cuanto a los recursos, se destaca que no hubo asignación de fondos en el presupuesto nacional para la ejecución del plan que contó con una estimación de RD$338 millones.
Además no se abordaron las diversas condicionantes socioeconómicas y culturales que ejercen influencia en el embarazo en adolescente y el plan no contempló la capitalización de experiencias, buenas prácticas y aprendizajes que permitieran mejorar y adecuar su accionar a las dificultades y necesidades que se fueron encontrando en el camino.
Otro obstáculo citado es que no se contempló acciones específicas para la población masculina y para adolescentes que trabajan, que viven en la calle, privados de libertad y/o en conflicto con la ley.
El plan tampoco previó apoyo para madres, padres adolescentes y su reinserción escolar, así como programas de inclusión de sus hijos al sistema de protección social.
Coordinación. Aunque el plan debió ser ejecutado por varias instituciones, la coordinación general estuvo a cargo del Ministerio de la Mujer que “tuvo dificultades para el ejercicio de su rol, principalmente por las debilidades presupuestarias, de gestión y articulación desde el propio plan en que las intervenciones identificadas no se correspondían con las ejecutadas por las distintas instituciones comprometidas”.
En cuanto a la parte legislativa, se destaca la falta de apoyo para la aprobación de los anteproyectos de ley de salud sexual y reproductiva, así como los vinculados con la modificación del Código Penal.
Diversidad. Además del citado plan, en el país se han diseñado diversos instrumentos que contemplan atacar el problema del embarazo en adolescente como son: normas para la atención integral de Adolescentes del 2009, Plan de Igualdad y Equidad de Género 2006-2016; Plan Decenal de Salud 2006-2015, Plan Estratégico para la Salud Integral de Adolescentes 2010-2015.
Algunas iniciativas
La Vicepresidencia ha ejecutado programas como “Yo decido esperar” ,“Bebé, piénsalo bien”, impactando a miles de jóvenes; el Ministerio Público ha creado mecanismos de denuncia, investigación y aplicación de las leyes para las personas adolescentes en materia de prevención de violencia de género e intrafamiliar. El Ministerio de la Juventud desarrolló en Azua el programa Tu no tá pa´eso, para prevención de embarazo; Salud Pública amplió el programa la oferta de anticonceptivos; el Ministerio de la Mujer creó oficinas de apoyo en las provincias y Educación prevé incorporar formación sexual a partir del nuevo currículo. Organismos internacionales han apoyado algunas de estas iniciativas.
