La reciente tragedia ocurrida esta semana del sumergible Titán de la empresa OceanGate con cinco tripulantes a bordo que realizaban un viaje para observar los restos del trasatlántico Titanic hundido en 1912, conmocionó al mundo.
Tras cinco días de búsqueda desde que se perdió contacto con la nave, se conoció el frío comunicado de la empresa dando a conocer la muerte de todas las personas que estaban dentro. La tragedia, recordó otras ocurridas bajo el fondo del mar en la que varios submarinos se hundieron y nunca más lograron volver a flote.
1-Submarino Squalus (Estados Unidos)
El 23 de mayo de 1939 el ultramoderno submarino SS-192 Squalus zarpó desde el puerto de Porthmouth, Estados Unidos, para un nuevo viaje de ejercicios con 51 marinos, 5 oficiales y 3 inspectores civiles que ya habían realizado 17 inmersiones con éxito. Total, 59 tripulantes.
El ejercicio de rutina consistía en una prueba de 60 segundos para realizar una inmersión de emergencia hasta una cota de 30 metros a una velocidad de 16 nudos. El comandante Oliver F. Naquin informa la posición del submarino como marcaba el protocolo y con todas las luces del panel en verde, ordena el descenso. Impulsado por los motores eléctricos alcanza los 15 metros de profundidad en segundos. El segundo comandante, satisfecho, dispone recuperar la posición de la nave a la cota de periscopio.
Cuando el Squalus empieza a nivelarse, llega el grito: “¡Inundación en la sala de motores!”. Y suena la alarma. El agua irrumpe con furia y fuerza en la sala de torpedos. Ninguna de las luces había marcado que alguna escotilla podía estar abierta, pero el agua inunda la parte posterior del submarino y arrastra la nave hacia las profundidades del mar.
El agua anegó en minutos los compartimentos traseros y el Squalus tocó fondo. A 74 metros de la superficie, sin calefacción -con una temperatura de menos 1 ° C-, a oscuras, los sobrevivientes saben que nunca nadie fue rescatado desde esa profundidad. Naquin ordena economizar oxígeno: todos los tripulantes deben tenderse en las literas, permanecer quietos, en reposo. Antes lanzan la baliza de señalización y varias bengalas. Solo queda esperar.
El teniente Charles “Sweden” Momsen, quien 14 años antes del hundimiento del Squalus había vivido la angustia de no poder salvar a todos los tripulantes de un submarino siniestrado, había creado una campana o cápsula que se podía bajar desde la superficie y fijarse en la escotilla de escape del sumergible para rescatar a los tripulantes. Entre 1937 y 1939 realizó varias pruebas a distintas profundidades con su campana subacuática con éxito.
Este fue el primer rescate exitoso de la historia. La cápsula McCann salvó 33 vidas en 1939, en un rescate que fue calificado de milagro, porque en ese entonces pocos salían vivos de lecho marino.
2-Submarino C4 (España)
España también contó con una tragedia bajo el mar. Y la protagonizó el submarino C4 español, que pertenecía a la clase Tipo Holland, medía 70 metros de eslora, casi 1000 Tm de desplazamiento por la superficie y 6m de manga. Fue fabricado por completo, junto a 5 gemelos en España, más concretamente en Cartagena, en la Región de Murcia.
El 27 de junio de 1946 se llevaron a cabo una serie de maniobras en las aguas del Port de Sóller. En ellas participaron activamente diferentes modelos de submarinos, los C4 y los C2, además del submarino General Sanjurjo y los destructores de Alcalá Galiano, Churruca y Lepanto.
Las maniobras programadas consistían en que los tres submarinos debían esperar a los destructores, los cuales iban a asumir el rol del bando enemigo. Tras realizar las maniobras el submarino C2 con total normalidad, llegó el turno del C4. Debía realizar el ataque que le correspondía, sin embargo, sin conocerse los motivos emergió a la superficie justo en la proa del destructor de Lepanto, haciendo imposible realizar ninguna maniobra que permitiera esquivar al otro buque.
El barco partió a la mitad el submarino en un accidente que acabó con la vida de los 44 tripulantes. Oficialmente, el submarino C4 sigue desaparecido y nadie ha sido capaz de localizarlo en las profundidades. En el momento del accidente se encontraban a bordo seis oficiales de la Marina española y 39 suboficiales, expertos y marineros.
3-Submarino SS Scorpion (Estados Unidos)
La armada de Estados Unidos también vivió otras dos grandes catástrofes de submarinos en su historia naval, además del Squalus: los hundimientos del USS Scorpion, que terminó a más de 3.400 metros bajo el mar en 1968 por razones que aún hoy se desconocen; y el del submarino USS Thresher, en 1963.
El SS Scorpion había zarpado el 15 de febrero de 1968 desde Virginia hacia el mar Mediterráneo para realizar ejercicios de despliegue y observación en conjunto con fuerzas de la OTAN, aunque en ese entonces se habló de una misión secreta. Pero el 22 de mayo de 1968, desapareció.
Se habían efectuado reparaciones en el astillero naval de Norfolk durante cuatro meses, pero la tragedia hizo suponer que estos arreglos se hicieron a las apuradas para que la máquina volviera a entrar en servicio. Por entonces, Estados Unidos estaba en plena Guerra Fría con la Unión Soviética.
Cuando habían finalizado los ejercicios y el Scorpion regresaba a la base, realizó su última transmisión estando a 80 kilómetros al suroeste de las Islas Azores. A las 24 horas debía reportarse, pero eso nunca ocurrió. Pasaron seis días hasta que se declaró la emergencia y comenzó una búsqueda intensiva de la flota aeronaval. El 5 de junio fue declarado oficialmente perdido.
El 22 de mayo, a 400 kilómetros de las Azores, una “anomalía hidroacústica” fue detectada desde las estaciones de las Islas Canarias, Terranova. Con esas coordenadas se concentró la búsqueda. Seis meses más tarde aparecieron los primeros restos sobre el fondo oceánico. Se cree que el submarino nuclear estaba a 3.000 metros de profundidad en un talud abisal, a 740 kilómetros de las Islas Azores. Naufragó en aguas internacionales.
En 2012, más de 40 años después del accidente del USS Scorpion en el que murieron 99 miembros de la tripulación, un grupo de veteranos de la Marina estadounidense solicitó reabrir la investigación para dar con la causa del hundimiento.
4-Submarino USS Thresher (Estados Unidos)
La tragedia del USS Thresher ocasionó la muerte de sus 129 tripulantes. Ocurrió cuando la nave tocó fondo a una profundidad de 2.560 metros. Según los informes militares estadounidenses, una posible falla en el sistema de ductos fue la causa del hundimiento. El buque salió al mar para llevar a cabo una prueba a unos 350 metros de profundidad. No había nada extraordinario: desde el momento de su entrada en servicio en 1960, había realizado 40 inmersiones similares.
A las 07.47 del 10 de abril de 1963, el submarino empezó a sumergirse sin problemas. La profundidad en el lugar era de 2.560 metros. A las 09.13 horas los tripulantes informaron “problemas pequeños” relativos a una desviación en la posición del sumergible. Más tarde, informaron que intentaba llenar los tanques de lastre y subir en forma urgente a la superficie. Por varios minutos, hubo silencio de radio. Luego, se recibió una parte entrecortada que decía: “La profundidad de prueba…”, mientras se escuchaba un crujido. El terrible sonido del casco aplastado por la fuerza del agua.
Se lo buscó largamente. Sondas acústicas ayudaron a descubrir distintas piezas que podían formar parte del submarino. Recién el 30 de mayo, las fotos del fondo del mar sacadas con sondas acústicas mostraron timones y una parte del casco del Thresher. Al investigar las causas de la tragedia, la comisión de la Armada llegó a la conclusión de que el hundimiento había sido ocasionado por una estructura de tuberías exteriores, que no soportó la inmersión a una profundidad tan grande.
5-Submarino K-8 (URSS)
El caso del K-8, en abril de 1970, fue el primer accidente de un submarino nuclear de la antigua URSS. Los 52 marineros murieron a bordo tras dos incendios simultáneos que provocaron que la embarcación se fuera a pique después de un ensayo en el Golfo de Vizcaya, al norte de España.
Estaba previsto que la ‘Ballena’ participase en las maniobras más grandes de la historia de la Unión Soviética, Okean-70. En dichas maniobras el submarino desempeñaría el papel del enemigo que intenta penetrar en la defensa para acercarse a las costas de la URSS. Por este motivo el K-8 fue enviado al océano Atlántico, al norte de las islas Azores.
Ya estando en el área designada el submarino comenzó a subir a la superficie para establecer contacto por radio cuando surgió un incendio en el compartimento de control hidroacústico, en el puesto central del submarino. En menos de un minuto todos los oficiales acudieron al puesto de control para dirigir la lucha por la supervivencia del sumergible y en este instante se les informó de otro incendio en el compartimento de regeneración de energía.
Cinco minutos más tarde el submarino alcanzó la superficie, pero la lucha por la vida no acabó allí, puesto que el fuego se estaba propagando. Al ver que el incendio estaba a punto de devorar a los reactores nucleares, cinco oficiales taparon herméticamente el compartimento estando dentro de él. Lo hicieron a sabiendas de que no tenían ninguna otra salida y mientras se estaban muriendo lograron desactivar los reactores nucleares, previniendo así una explosión.
Mientras tanto, en el octavo compartimento se reunieron 20 marineros que estaban saliendo del submarino por la escotilla superior. No obstante, el nivel del dióxido de carbono en el aire ya era mortal y solo cuatro de ellos lograron salir vivos.
De tal modo, el incendio se cobró la vida de unos 30 marineros. Afortunadamente, un buque búlgaro estaba en las cercanías del submarino y salvó a los que lograron salir fuera en medio de una gran tormenta. Los únicos que se quedaron fueron los efectivos de la brigada de combate integrada por 22 personas, pero ellos también perecieron al volcarse el submarino y hundirse en el océano. De tal modo, murieron 52 marineros y se salvaron 73. El K-8 tocó fondo a una profundidad de 4.680 metros a una distancia de 490 kilómetros al noroeste de España.