Por Confederación Nacional de Unidad Sindical
El polémico tema de la cesantía en la reforma laboral nos ofrece muchas enseñanzas, y por eso trataremos de explicarlo de manera clara.
PRIMERO: La actual reforma laboral no fue propuesta por el movimiento sindical, algo inusual, ya que se originó en el sector empresarial. Esta propuesta se arrastra desde 2010, atravesando los gobiernos de Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y el de Luis Abinader, tanto en su primer período como en el actual.
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No debemos subestimar la dirigencia empresarial, que, pese a competir entre sí, se organiza eficazmente para defender intereses comunes. Su asociatividad es libre y por eso desde una Pyme hasta una gran empresa se organizan sin obstáculos y es bueno que así sea, pues se trata de un ejercicio de libertad al que tienen derecho.
A diferencia de los trabajadores, los empresarios no necesitan realizar vigilias, ni marchas, ni piquetes; su capacidad para influenciar es notable y un ejercicio al que tienen derecho. Sin embargo, la situación es distinta para los trabajadores, cuya libertad de organización, aunque protegida por la Constitución, el Código Laboral y los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), enfrenta múltiples obstáculos.
Pese a los avances democráticos del país, ejercer la libertad sindical en ciertas empresas sigue siendo difícil. Esto queda evidenciado en la cantidad de casos en los tribunales laborales relacionados con violaciones a este derecho.
SEGUNDO: En el debate actual sobre la cesantía, parte de la reforma laboral, los empresarios han desplegado estrategias en múltiples frentes, contratando empresas de comunicación que, de manera legítima, operan con periodistas, comunicadores e influencers para promover su narrativa. Aunque este recurso es válido, no podemos ignorar que no siempre es neutral. Por ejemplo, desde algunos medios se descalifica a los sindicatos, acusándolos de ser irrelevantes, de estar compuestos por pensionados o de obstaculizar el crecimiento laboral. Estas opiniones omiten que la informalidad laboral, una de las problemáticas citadas es promovida por ciertos sectores de las empresas formales que tercerizan actividades para eluden sus responsabilidades.
TERCERO: Un observador justo podría percatarse de que los empresarios no son tan generosos como para no cargar al costo de producción el pago referido a la cesantía laboral, o pregúntese si los transferiría a sus las ganancias o al capital acumulado de la empresa. Tampoco es cierto que los trabajadores son cesanteados en masas ya que, en muchos casos, existen convenios colectivos donde la renuncia voluntaria se programa con pago de cesantía. No se ha podido probar que el pago de la cesantía sea causante de quiebra. Las crisis empresariales en diversos sectores se deben a factores como errores administrativos, o condiciones económicas adversas tanto en el plano nacional como internacional, no al sistema de cesantía.
Es oportuno recordar siempre que la cesantía no es un derecho adquirido como se proclama, erróneamente. Es un derecho eventual, es decir, que solo tiene efecto cuando el empleador finaliza el contrato del trabajador sin alegar causa. Si el trabajador renuncia, pierde este derecho. Además, si violenta uno de los 19 acápites del artículo 88 del Código Laboral vigente, también es despedido sin derecho a la cesantía. De los derechos adquiridos podemos tratar en otra oportunidad.
CUARTO: Tengo que retomar el origen de la discusión porque es la única vía que tenemos para que se entienda el rechazo a la propuesta empresarial conocida por nosotros en las conversaciones grado a grado, aunque para muchos, que se hacen los Suecos, es cosa novedosa, francamente la confusión sobra, debido a que el presidente de la República, Luis Abinader, sometió desde el palacio presidencial el lunes 26 de agosto en la rueda de prensa semanal el resultado de las conversaciones que en torno a este tema se debatieron durante dos años y medio y dijo textualmente “Que sometía los artículos que fueron consensuados y los que no fueron consensuados serían parte de otra reforma”. Efectivamente, el jueves 10 de octubre, el ministro de trabajo, Luis Miguel De Camps García, hizo entrega al Congreso de lo anunciado por el presidente y para menos confusión, el consultor jurídico, Antoliano Peralta, reiteró el planteamiento ya referido. Por este motivo resulta contraproducente ver a Rafael Barón Duluc (Cholitín), senador de la provincia La Altagracia, alegando una supuesta independencia senatorial con respuesta a esta temática, si algunos senadores desean hacerse partícipes de alguna heroicidad tienen otra vía para hacerlo. No deben jugar a los héroes con un proyecto que es una subestimación de la inteligencia que medianamente tiene gente como nosotros.
Es evidente que si los empresarios plantean seis años como mérito de antigüedad el trabajador preguntaría ¿Qué pasaría con mis otros años laborados? Reconozco que se atreven a decirnos, algunos que aparentan ingenuidad, que para eso está el Sistema de Pensiones. Ante esta respuesta, les invito a que lean lo señalado por el licenciado Arismendy Díaz Santana, primer gerente del Consejo Nacional de Seguridad Social, quien señala que el 85% de los trabajadores afiliados, en caso de alcanzar el ciclo completo de cotizaciones que son 300, equivalente a 30 años, alcanzará una tasa de remplazo de un 22 % de los ingresos con que cotizaron en el sistema.
Para poner la tapa al pomo, los bien preparados técnicos empresariales crean el otro techo límite salarial y establecen que este ascenderá a un monto de salarios mínimos, esto demuestra la esencia de la contradicción. Por un instante, solo pensemos en esto: en la República Dominicana existen salarios mínimos diferenciados, por ejemplo, el salario mínimo sujeto a la cesantía de un trabajador hotelero es de 17,800.00 pesos mensuales y el de un trabajador de Zona Franca es de 16,800.00 pesos.
La cesantía toca todos los integrantes de las empresas, desde la conserje, que puede tener un salario mínimo, los técnicos, los mandos medios, profesionales, así como la alta gerencia. Hasta los dueños tiene un salario referencial, es decir, no van a una caja a tomar dinero para sus gastos.
Pregúntense ustedes, ¿Cuál sería la cesantía más alta pagada en este esquema propuesto por los empresarios? pues debo decirles que no pasaría de 250,000.00 pesos. Sé que a seguidas ciertos empresarios afirmarán: “No. respetamos los derechos adquiridos y esto es para los nuevos contratados”.
Los empleadores ejecutaron la correcta estrategia de crear a la Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE) con la intención de dejarles a su relevo un mundo laboral más libre para el crecimiento de las empresas, la expansión de su ganancia y que los sustituyan en los espacios de dirección , pero en el fondo, ¿qué quieren algunos estrategias empresariales que no ven más allá de la curva? Que la actual generación de sindicalistas les deje a su relevo un mundo laboral más incierto e inseguro que el que nosotros hemos vivido.
Nuestra respuesta es: no.
Finalmente, en el mundo actual donde se plantea que, a largo plazo, todos los trabajadores podrían ser reemplazados por inteligencias artificiales, quizás esta será la vía de algunos empresarios para encontrar la tranquilidad a ciegas ambiciones, aunque hay que preguntarse ¿qué pasará con el ser humano?
Mientras tanto, los señores empleadores y sus adláteres deben saber que estamos preparados para proponer a la CNUS, a la CASC y a la CNTD que el Código Laboral se quede como está, pidiéndole al Ejecutivo que retire del Senado la reforma propuesta. Después de todo, la visión que se maneja sabemos que no es compartida por todo el empresariado.
Rafael-pepe-Abreu,
Presidente