La tranquilidad de guardar los billetes en el banco, sosiego aún mayor con el uso del dinero plástico, desaparece con los crímenes de alta tecnología, la delincuencia informática que nos coloca “a un clic del peligro”, haciéndonos vulnerables al fraude electrónico y otros delitos que lucran a piratas cibernéticos, a depredadores que invaden la red.
La Internet, de repente indispensable a nuestra vida, tiene altos riesgos, nos obliga a estar prevenidos frente al fraude global, a los ciberdelitos en todas sus variantes: clonación de tarjetas de crédito, hackeo de sitios en la web y cuentas bancarias, transferencia de fondos, estafas en el comercio en línea.
Cada vez más sofisticadas formas de estafas electrónicas inundan la red, los hackers se aprovechan del supuesto anonimato que les ofrece la web para actuar contra personas y entidades financieras. Violar información confidencial personal y de empresas, acceder a contratos, operaciones financieras, números de tarjetas de crédito.
Otros delincuentes aparecen como pseudoempresarios, engañan a incautos con empresas piramidales, como TelexFree, de las que funcionan varias en el país.
Se involucran en operaciones fraudulentas, al igual que los que adulteran códigos de celulares que activan y venden.
Clonación. En República Dominicana tiene alta incidencia el ataque a clientes de instituciones financieras, con un 80% de los casos. Predomina el robo mediante la clonación de tarjetas de crédito y transferencia de dinero.
Les sucede el “phishing” (pesca), el robo de identidad en línea, modalidad que deja muchas víctimas con la sustracción de dinero e información de cuentas a través del correo electrónico y falsas páginas de Internet diseñadas para robar números de tarjetas de crédito, información personal, contraseñas y datos de cuentas.
Los hackers que individualmente o constituidos en bandas incurren en delitos financieros conocen el funcionamiento del sistema. En los fraudes con tarjetas de crédito atacan las las bases de datos de los bancos, roban los números de las tarjetas y los copian en una banda magnética con un instrumento denominado “beeper”.
A seguidas los colocan a una nueva tarjeta fabricada por los falsificadores en sus laboratorios.
Para frenar esta práctica entidades financieras decidieron que sus clientes no tuvieran almacenados los números de las tarjetas, para que esa información no pueda ser descifrada. Esos elementos están en forma de encriptación -proceso que hace ilegible la información-, de modo que si alguien entra al sistema no pueda leerlos. Este método de protección que se ofrece en bancos y comercios desde hace más de tres años, readecuándolo periódicamente.
En el mercado financiero nacional se ha avanzado en el uso de las tarjetas de crédito con chip, los que reducen sustancialmente la clonación, evitan fraudes en perjuicio de la banca y sus usuarios. Además de seguridad aportan numerosas ventajas respecto las tarjetas de banda magnética.
Ese dispositivo se empezó a utilizar en 2012 en las tarjetas de débito.
Pese a la supervisión de la banca y a sus controles internos, estos delitos no solo les genera gastos con las inversiones en seguridad, también les ocasiona pérdidas con la devolución de los montos robados a clientes. Se estima que deben reponer el dinero al usuario estafado en alrededor de un 50% del total de fraudes con tarjetas de crédito.
Ciberdelincuentes. Los piratas informáticos dominicanos y de otras nacionalidades azotan con ataques en línea, la inoculación de virus, violación de derechos de autor, falsas loterías, injurias y amenazas, extorsiones, pornografía y explotación sexual infantil.
Delitos frecuentes que buscan presas fáciles entre quienes se conectan sin antivirus, comparten información personal o bancaria, passwords o fotos que permiten ubicarlos fácilmente.
Estas bandas las forman generalmente jóvenes que apenas llegan a los 30 años de edad, buscan dinero de una forma u otra, y se especializan en delitos tecnológicos.
Algunos pertenecen a mafias internacionales, como la detectada en 2013 por autoridades de Estados Unidos, acusada de fraude bancario, entre los que había siete dominicanos. Atacaron una procesadora de tarjetas de créditos, una empresa dentro de la cadena del sector financiero encargada de procesar tarjetas de crédito.
Falsificaron y aumentaron el límite máximo de tarjetas de débito, y en diez horas sustrajeron US$47 millones en 27 países a través de muletos, personas que sacan el dinero de cajeros y lo transportan como mulas.
A principios de 2014, la Dirección Central de Investigaciones Criminales desmanteló dos laboratorios clandestinos en la capital, en los sectores 27 de Febrero y Espaillat, destinados a clonar tarjetas de crédito y débito para estafar bancos, comercios y usuarios.
Se le ocuparon 697 plásticos listos para usarse o en proceso y equipos electrónicos para clonar las bandas magnéticas y numerar.
Fraude global. Los fraudes informáticos se universalizan, tienen un crecimiento exponencial en el mundo, invaden RD, donde muchos explotan el lado oscuro del Internet.
En 2013 la tendencia mundial de los ataques siguió creciendo, se incrementó en 27%. Razón válida para que especialistas recomienden a los usuarios proteger sus datos a través de las redes Wi-Fi. Y a las empresas esforzarse en la seguridad de sus datos.
Estiman que la masiva cantidad de terminales móviles en el país amenaza a la seguridad en la red. Se incrementa el uso de smartphone, de gran funcionalidad pero abren portales a través de los cuales los hackers atacan la red, les facilita sus operaciones.
Estos delitos no solo lesionan a usuarios y entidades financieras, también el sistema económico nacional e internacional.
La banca dominicana y extranjera realiza inversiones en innovaciones tecnológicas y mecanismos de seguridad, a fin de minimizar el impacto y mitigar daños. Firmas de seguridad se esfuerzan en evitar clonaciones y proteger al usuario al hacer transferencias.
En esta guerra cibernética se ha desencadenado una lucha feroz entre empresas encargadas de desarrollar medidas de seguridad y las bandas organizadas que echan mano a la tecnología para cometer fraudes.
Refuerzan protección financiera
El sistema financiero nacional aplica medidas de protección contra delitos bancarios, los contrarresta con nuevas tecnologías, invierte en seguridad para asegurar los datos de su cartera de clientes.
En respuesta a los delitos de alta tecnología, continúa la tendencia de emitir tarjetas de crédito con chip, el cual también se comenzó a ofrecer en tarjetas de débito, junto a redes de cajeros con su lector de chips.
Además de mayor seguridad, ahorra tiempo y evita molestias al cliente, al no tener que introducir el PIN al pagar en comercios. Solo se requerirá para retiros de efectivo en cajeros automáticos.
Hay mecanismos que garantizan mayor protección, la autenticación del usuario con contraseñas fijas y variables, como el denominado “token”, que genera claves aleatorias con base en algoritmos.
Se han desarrollado distintas soluciones por medio de hologramas (transparentes y metalizados) que protegen la información deseada. Otra modalidad son las aplicaciones para el análisis predictivo de comportamiento fraudulento, el cual establece un patrón que sugiere eventos de riesgo, y permite que se contacte al usuario si se observa un movimiento sospechoso.
Medidas de seguridad
Frente a la arremetida de delitos cibernéticos, en RD se dieron pasos en 2007 para combatir la delincuencia a través de plataformas informáticas.
Como medida de seguridad se dictó la ley 53-07 de Crímenes Tecnológicos, creando luego unidades especializadas para proteger ciudadanos y empresas contra estos crímenes.
La Comisión Nacional para la Sociedad de la Información y Conocimiento (CNSIC) tiene por objeto promover normas, valores y comportamientos sociales, a fin de contribuir a la integridad, creatividad e innovación en la navegación en el ciberespacio, sobre todo en niños, niñas y adolescentes, entre quienes no es frecuente la adopción de medidas de seguridad y utilizan páginas inseguras o programas de fácil intervención.
Como agravante, muchos padres y madres no los usan ni están conscientes de los riesgos del Internet. Entre las medidas de prevención, el CNSIC, con apoyo del Indotel, se adhirió a la campaña Internet Sano, de Colombia, “dominicanizando” sus contenidos.
1. Prevención
En restaurantes, como en otros centros comerciales donde han clonado tarjetas de crédito, no descuide lo que hace el mozo con la suya al cobrar el consumo. Seleccione PINs difíciles de detectar. Al finalizar una operación, asegúrese de cerrar su sesión correctamente.
2. Códigos
Modifique sus códigos de contraseña periódicamente, nunca los guarde en su computadora personal. Destruya facturas, estados de cuenta, recibos de cajeros automáticos y ofertas de tarjetas de crédito antes de botarlos.
3. Transferencias
Al efectuar transferencias electrónicas telefónicamente, solicite previamente su saldo, y al realizar la transacción pida el número de la operación y de nuevo el saldo.
4. Cheques
Al recibir su talonario de cheques verifique que le entreguen la cantidad completa que está acusando como recibida. Cuando efectúe pagos en cheque a la cuenta bancaria del beneficiario es conveniente verificar con él que realmente fue abonado dicho pago.
5. “Cerebros”
Falsificar billetes dejó de ser buen negocio para la delincuencia organizada. Y es que “cerebros” a su servicio aprovechan los avances tecnológicos en la producción de cheques y tarjetas de crédito apócrifos. Son grupos criminales profesionales muy complejos y con gran capacidad tecnológica para desarrollar esquemas de fraude a nivel internacional.