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PARIS (AFP).- Gases lacrimógenos, universidades cerradas y enfrentamientos en el corazón del viejo París son el resultado del diálogo de sordos entre el gobierno y miles de estudiantes, que deja claro el abismo existente entre las prioridades del poder político en Francia y las preocupaciones urgentes de sus jóvenes.
El miércoles, horas después de que la plaza de la prestigiosa universidad parisina La Sorbona y el célebre Barrio Latino, a orillas del Sena, fueran escenario de una violencia inusitada entre estudiantes y policías antidisturbios ante la mirada atónita de los turistas, el presidente Jacques Chirac instó a reanudar el diálogo.
Confío en que los actores sociales estarán de acuerdo conmigo y mostrarán un espíritu constructivo de responsabilidad, diálogo y respeto, declaró el presidente.
En la misma línea, 46 rectores de universidades, de un total de 84, pidieron a las autoridades y a los sindicatos que se sienten a negociar lo antes posible.
Reafirmando su apoyo firme al primer ministro, Dominique de Villepin, cuya popularidad cae en picado en los sondeos, el jefe de Estado reconoció que es normal que el Contrato de Primer Empleo (CPE, según sus siglas en francés), con el que el gobierno desea luchar contra la falta de trabajo juvenil, provoque dudas y preocupaciones.
