Probablemente no sea suficiente dada la cantidad de denuncias que se reciben sobre abusos y maltratos contra inmigrantes ilegales haitianos de parte de agentes de Migración, de los que también son víctimas ciudadanos dominicanos a los que ”confunden” debido a su piel negra, pero tranquiliza que se le empiece a poner atención a esas denuncias con la cancelación de diez agentes que prestaban servicios en Higuey, Bávaro, Boca Chica y San Pedro de Macorís.
Luego de anunciar la decisión su director, Venancio Alcántara, explicó que dispuso una investigación sobre las denuncias de alegados macuteos y abusos cometidos por agentes actuantes en operativos realizados en la región Este, advirtiendo que bajo ninguna circunstancia permitirá que se empañe la imagen de la institución. Y también la del país, debió agregar a continuación el funcionario, quien no puede ignorar que estando los ojos de la comunidad internacional puestos sobre el diferendo entre República Dominicana y Haití como consecuencia de la decisión de nuestros vecinos de construir un canal en el río Masacre esa forma de actuar nos hace mucho daño, pues convierte a los “pobres haitianos” en nuestras víctimas.
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Por eso hay que decir que la “confusión” que llevó a una dominicana pobre y de piel negra hasta la frontera, a la que encaramaron en una camiona sin averiguar mucho, ha ocurrido en el peor momento, renovando los argumentos de los que nos acusan, tanto aquí como en el exterior, de poner en marcha una política migratoria racista. Y cuando lo pensamos bien tenemos que concluir que tal vez tengan razón, como lo deben pensar también los familiares de esa mujer, que no pueden entender, por más que se lo expliquen, cómo pudo ocurrir algo así con su pariente.
Alguien dirá, sin que la falte razón, que en las repatriaciones siempre se cometen abusos, pero eso no sirve para justificar a los abusadores, que en Migración deben ser muchos más de los diez que acaban de ser cancelados.