En el programa de radio semanal “El Bisturí”, tratamos el acné con la dermatóloga Constanza Bahillo, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, quien asegura que esta es una “enfermedad multifactorial” ya que intervienen diversos elementos en su aparición, como:
El principal es el hormonal debido al exceso de andrógenos que son las hormonas masculinas y hacen que aumente el sebo, la grasa en la piel.
Hay una obstrucción del folículo piloso, esto hace que se inflame y se formen espinillas.
Se produce una colonización elevada de una bacteria denominada “Propionibacterium Acnes” , esto da lugar a una mayor inflamación y a diversas lesiones de acné.
Diferentes niveles de gravedad dentro del acné
La doctora explica que el nivel de gravedad depende de si los factores anteriores “se encuentran en un mayor o menor grado”. Alega que cuando la alteración hormonal es más alta, la afección es más grave y en los acnés más severos también existe una asociación genética.
“Es importante acudir al médico no sólo cuando uno ya no pueda luchar contra la afección en la piel, sino también en acnés más leves, ya que el dermatólogo dará pautas de higiene y cremas para ir mejorando el acné con el objetivo de que vaya desapareciendo cuanto antes”, afirma la dermatóloga.
En acnés más complicados, se debe acudir al médico “antes de que la inflamación vaya a más, perdure en el tiempo y puedan dejar cicatrices permanentes“.
La escala de gravedad
La doctora Bahillo aclara que existen escalas donde se diagnostica a los pacientes con imágenes que valoran:
Grados del 1 al 4 a nivel facial
Grados del 1 al 3 a nivel torácico, en el pecho y espalda
“Es una escala muy visual y fácil de aplicar en la consulta. Con el paciente delante es sencillo clasificar qué grado tiene de acné y en consecuencia de eso, aplicar un tratamiento u otro”, sentencia.
Añade, que tras el tratamiento son muy importantes las visitas posteriores para comprobar la mejoría y la eficacia que está teniendo en el paciente.
Tratamientos
La dermatóloga explica que el acné se trata de diversas maneras:
Tratamientos tópicos: aquí cada vez hay mayor eficacia en las moléculas y son menos irritantes, que era lo que siempre ha limitado la aplicación de este método.
Tratamientos orales: es frecuente usar la “Isotretinoina”, es un fármaco más antiguo pero ahora se utiliza en dosis más bajas y se alarga un poco el periodo del procedimiento.
Tratamientos con fuentes de luz: es el campo donde más se ha avanzado. Se usan diversos láseres como la luz pulsada o láser de colorante pulsado para disminuir la inflamación y mejorar el acné.
Nueva terapia fotodiónica: consiste en la aplicación de un gel que después se somete a unas sesiones de luz y esto hace que penetre en la dermis y disminuya la inflamación, la aparición de sebo y la eliminación de las bacterias.
NO recurras a los remedios caseros
Todos deben saber, desde jóvenes hasta mayores, que existen tratamientos para cubrir todos los casos de acné, desde los más leves hasta los más graves, y por ello no se debe en ningún caso recurrir a remedios caseros. Estos remedios no tienen ninguna evidencia científica y algunos pueden llegar a ser peligrosos para nuestra salud.
“La impaciencia lleva a la gente a practicarlos, pero el paciente debe ser consciente de que la curación requiere un tiempo y debe tener paciencia con los tratamientos que envía el dermatólogo”, alega la experta.
Recomendaciones del día a día
La doctora Bahillo nos da una serie de consejos que debemos implantar como una rutina diaria para evitar que aparezca (o mejorar) el acné:
Higiene: es de suma importancia este punto, se debe lavar la cara como mínimo 2 veces al día. Hay que desmaquillarse siempre. Tenemos que eliminar: los restos de los cosméticos, y la polución y grasa, y así evitaremos la obstrucción de los poros.
Cosméticos oil free (libres de grasas): Recomienda que los maquillajes no tengan aceites y que no sean comedogénicos, para que no aporten más grasa a la piel.
No tocarse los granos: Manipular las lesiones de acné solo conduce a aumentar la inflamación, lo que incrementa el riesgo de cicatriz y también provoca que ésta persista durante más tiempo.
El estrés y el tabaco son factores que provocan que el acné se perpetúe en el tiempo, por tanto hay que eliminarlos.
¿La alimentación influye en el acné?
Es un tema sobre el que existe controversia; hay autores que confirman que existe relación pero otros, sin embargo, sostienen firmemente que no se aprecia ninguna.
“Los alimentos que más se han relacionado con el acné son los lácteos y los de mayor índice glucémico, como los dulces o los hidratos de carbono”, sostiene Constanza Bahillo.
Añade que las recomendaciones por alimentación se deben individualizar y solo aplicar a pacientes que tengan brotes o que empeoren con la toma de esos alimentos, pero no suspenderlo a todo el mundo de manera inicial.
El acné afecta al ámbito psicológico
La doctora comenta que la mayor parte de las consultas son por el impacto estético que produce el acné pero existen casos de jóvenes que, al ser una edad complicada de cambios corporales y mentales, también les afecta al ánimo.
“Les dificulta el relacionarse con los demás y disminuye su autoestima, eso hay que detectarlo y tratarlo”, sostiene.