Acorralado

Acorralado

Claudio Acosta

Vistas las cosas en perspectiva, y demostrado ya que el senador Alexis Victoria Yeb cometió el error político de su vida al proclamar, desde la curul que ocupa en el Senado de la República, que renunciaría al cargo al otro día de que se le demuestre que sus empresas se han beneficiado de contratos con el Estado, lo que todo el mundo quiere saber ahora es si cumplirá su palabra.

Y a juzgar por los comentarios en las redes sociales y mentideros políticos debería hacerlo, si realmente la respeta y aspira a que los demás la respetemos, luego de que la Dirección General de Contrataciones Públicas (DGCT) informó que las empresas Dromena S.A. y Victoria Yeb S.A., de su propiedad, fueron beneficiadas con catorce contratos por un valor de RD$1,720,375,08. luego de asumir el cargo.

El informe de la DGTC, solicitado la semana pasada por el propio legislador, reconfirma la información dada a conocer por Alicia Ortega que lo llevó a formular su desafío a la denuncia periodística, pero también a una sociedad que se muestra intolerante ante cualquier asomo de corrupción o falta de transparencia de sus servidores.

Como no soy adivino no pienso pronosticar desde aquí lo que hará el senador Victoria Yeb luego de la publicación del comunicado de Contrataciones Públicas que lo deja en tan incómoda posición, y mucho menos decir si eso será suficiente para que se considere obligado a honrar la palabra empeñada delante de sus colegas y el resto del país.

Pero sea cual sea su decisión lo menos que puede afirmarse, desde la comodidad de las gradas, es que el senador perremeísta por la provincia María Trinidad Sánchez luce acorralado y con pocas posibilidades de salir airoso del berenjenal en el que se metió por ceder a la tentación de hacer buenos negocios con el Estado.

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