Sídney. La actriz española Natalia de Molina, ganadora de dos premios Goya, declaró en una entrevista con Efe en Sídney que se siente inspirada por la lucha por los derechos de la mujer que lleva a cabo la estrella británica Emma Watson.
“Me encantaría parecerme la mitad y hacer la mitad de lo que está haciendo ella (Watson)”, manifestó la ganadora este año del Premio Goya a la mejor actriz.
De Molina se encuentra en Australia invitada por el Festival de Cine Español, que se estrena hoy y que proyectará 39 cintas en siete ciudades australianas hasta mediados de mayo.
“Es un gran referente como actriz joven porque está luchando por los derechos de la mujer y el feminismo”, dijo sobre la actriz que interpretó a Hermione Granger en la serie de Harry Potter.
La también ganadora del Premio Goya a mejor actriz revelación de 2014 admite con una sencillez extrema que aún no tiene el poder de introducir cambios en una película, pero sí el de rechazar filmes.
A los “proyectos que considero que no aportan nada y lo que hacen es aumentar todo el machismo imperante en el mundo, digo que no me apetece participar, porque tampoco me voy a sentir cómoda”, explica.
Esa motivación la ha llevado a interpretar filmes con “bastante carga social”, como hizo en “Techo y comida”, que le valió el Oscar español a la major actriz en la pasada edición de los Goya, al transformarse en Rocío, una mujer que lucha por pagar el alquiler y criar a su hijo de diez años.
La misma motivación la llevó a trabajar en la producción televisiva “La luz de Elna” (Silvia Quer, 2017), basada en la vida de la maestra suiza Elisabeth Eidenbenz, fundadora de la Maternidad de Elna, sociedad que acogió a mujeres refugiadas embarazadas tras la guerra civil española y durante la Segunda Guerra Mundial.
“Como artista me gusta estar conectada con la realidad, con lo que pasa en mi país y enfrentarme a personajes como éstos, mujeres fuertes” en una industria en que los personajes femeninos son generalmente complementos del masculino, comenta De Molina.
De este modo puede “ponerle voz a mucha gente a la que se la quitan”, añade la actriz.
De la industria cinematográfica, y en particular de la española, le gustaría cambiar en el olvido en el que caen las historias de mujeres y la tendencia a relegar las actrices mayores de 40 o 45 años a papeles de abuelas.