La Alianza Dominicana Contra la Corrupción (ADOCCO), lamentó hoy que la Policía Nacional haya reaccionado ante la «insoportable ola de delincuencia» que azota al país, luego de que la embajada de los Estados Unidos externara su preocupación por los atracos que a diario se producen en las carreteras del país.
La organización indicó que, de no ser por la permanente presencia en las carreteras de las unidades de la Comisión Militar del Ministerio de Obras Publicas, la situación fuera para que por nuestras carreteras no circulara un solo vehículo por temor a ser asaltado o asesinado y desaparecido, «como ocurrió recientemente en la autovía del Este, donde fueron encontrados tres cadáveres de choferes víctimas de la delincuencia de carretera».
La reacción de la organización de la sociedad civil se produce minutos después de que el vocero de la uniformada, Máximo Báez Aybar, garantizara que tomaría medidas de seguridad para evitar la comisión de delitos en autopistas y carreteras del país, a raíz de que la Embajada estadounidense emitiese un comunicado alertando a sus ciudadanos sobre actos criminales ocurridos en las vías dominicanas.
Agregó que esta reacción de la institución «constituye una vergüenza, ya que todos los días ciudadanos indefensos dan la vos de alarma tras ser víctimas de todo tipo de acto delincuencial, sin que sientan la presencia de agentes de la Policía, ya que son víctimas en las calles y lugares de trabajo y diversión, provocando que muchos sean presas del temor y se obtengan de salir».
Para Julio Cesar De la Rosa Tiburcio, coordinador general de ADOCCO, lo más preocupante de todo esto es que la delincuencia ha desbordado la capacidad de la actual jefatura de la Policía Nacional, ya que al menos ocho colmados han sido asaltados en lo que va de mes en diferentes sectores de los Cacicazgos, donde actualmente reside el presidente de la República, Danilo Medina.
De la Rosa Tiburcio dijo que en esos asaltos se emplea el mismo modo operandi: en donde tres hombres se desmontan de un carro Honda Accord, color negro, que por lo general se detiene un poco más adelante logrando pasar desapercibido; Con pistola en mano entran al colmado o bodega, golpean y empujan a los empleados y clientes que se encuentren en el momento, cargan con dinero en efectivo y botellas de whisky que hay en exhibición.
«Es necesario que el presidente de la República aborde con la mayor atención esta problemática que tiene a la población al borde de la desesperación, sobre todo por la falta de respuestas efectivas de manos de la Policía Nacional», reiteró.
Embajada EEUU. La sede diplomática en este país alertó hace dos días a sus ciudadanos sobre el registro de diversos asaltos por parte de individuos ataviados con ropa militar o policial, e instaba a los norteamericanos en el país a extremar la precaución.
La Embajada alude a dos incidentes ocurridos en la Carretera Sánchez, al Oeste de San Cristóbal, y otro en la autopista Duarte, cerca de La Vega, aunque en ninguno de los dos casos las víctimas resultaron heridas.
En el primer caso de estos hechos, un vehículo con un identificativo de la Policía Nacional en el que viajaban nueve hombres armados y vestidos con uniforme militar, sacó a otro de la carretera; los supuestos policías obligaron a los dos ocupantes del vehículo atacado a pasar a la parte de atrás y los condujeron a una zona aislada, donde fueron despojados de sus pertenencias, dinero, joyas, computadoras y cámaras.
En el otro caso, dos personas se detuvieron para comprar en un establecimiento de la Autopista Duarte, cuando tres hombres armados les robaron su coche de alquiler, que fue recuperado más tarde, aunque sin ninguno de sus objetos personales.
La Embajada de EEUU recomendó a los ciudadanos estadounidenses que conduzcan por las carreteras sólo durante las horas del día, que eviten llevar objetos de valor consigo, y que limiten las paradas durante su recorrido; además, les insta a detenerse si personas armadas se lo solicitan, pero en un lugar público, y recomiendan no ofrecer resistencia en caso de verse en una situación semejante y acatar las peticiones de los malhechores, porque su vida es más importante que sus pertenencias.