Adolfo Nadal Walcot en la Bienal de Sao Paulo

Adolfo Nadal Walcot en la Bienal de Sao Paulo

Las buenas noticias nunca llegan solas… La primera es la XXX Bienal Nacional de Artes Visuales, celebrada a tiempo y de selección rigurosa. La segunda es la participación de Adolfo Nadal Walcot en la 35 Bienal de Sao Paulo, máxima en el hemisferio y segunda en el mundo.

La Bienal de Sao Paulo celebra su 70 aniversario y tiene por tema “Coreografías de lo imposible”, alcanzando 1100 obras y 121 participantes. Centrada en el famoso pabellón Ciccillo Matarazzo –diseñado por Oscar Niemeyer -, abrió el 6 de septiembre y cierra el 10 de diciembre.

Nuestro país, a pesar de la calidad de su producción artística, suele estar ausente de las grandes bienales internacionales, y de Sao Paulo en particular.

Ha habido paréntesis felices: así Jorge Severino con su pintura “Santa Marta la Dominadora”, su reproducción de un altar vodú y la construcción de un bohío, obtuvo un lugar y un éxito eminentes. Recordamos también a Tony Capellán y su instalación de camisitas escolares y panes de agua, reseñada en el New York Times…

Eran obras intrínsecamente caribeñas y/o criollas, y esta idiosincrasia determinó su acogida. Ahora, la identidad cultural está todavía más militante con los dibujos a tinta de Adolfo Nadal Walcot.

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Eddy Guzmán y Nadal Walcot

Gracias a Eddy Guzmán, esta exposición – una sala y 17 obras- va a propiciar un alto reconocimiento a Nadal Walcot, a quien no trataban aquí al nivel magistral y sello singular, que él merecía. Desgraciadamente, el artista no verá su triunfo: falleció en 2021.

En el 2015, Eddy Guzmán organizó en la Quinta Dominica una exposición edificante de Nadal Walcot, junto al dueño del centro cultural, Renaud Anselin. Ambos ejecutivos culturales concibieron y editaron un libro fabuloso – textos, documentos, obras- : “Nadal Walcot, Espejo del Caribe”. Muy bien recibido, al igual que la exposición…

La pena que sintió Eddy Guzmán no debilitó sus planes. Por el contrario, póstumamente él debía contribuir a la promoción de un creador extraordinario, único en la República Dominicana, hijo del ingenio, cocolo, superdotado, revoltoso para que los derechos de esos trabajadores, menospreciados por el color y el origen, se respeten.

Exiliado en Holanda, trabajó, estudió, se formó profesionalmente, amplió su cultura. Los vaivenes no le impidieron volver a Santo Domingo, donde continuó militando, escribiendo, pintando… Era de verdad un ser imponente, valiente y talentoso.

El director del famoso Museo Reina Sofía –hasta este año-, Manuel Borja Villel, dictó una conferencia en el Centro Cultural de España. Naturalmente, se estableció una colaboración entre Eddy Guzmán y Manuel Borja, a quien designaron curador de la Bienal de Sao Paulo.

Este, junto a otros tres curadores y al presidente de la Bienal se “volvieron locos” con los dibujos de Nadal Walcot. Y el proceso siguió… hasta la atribución de una sala, ya que la obra de Nadal Walcot expresaba precisamente el tema de “Coreografías de lo imposible”.

Este dominicano e inglés de las islas y sus compañeros de infortunio en el ingenio, sufrieron, se fajaron, aguantaron… Finalmente, gracias a una obra formidable, Adolfo hizo “posible”–sobrevivir y sobresalir- cuando era “imposible” en los límites de instituciones oficiales. No hay duda además de que sus cuadros son puras “coreografías”…

Los Cocolos de Nadal Walcot

Mientras estábamos investigando, tuvimos la suerte de encontrar un gran álbum, publicado en 1998 por el entonces Consejo Presidencial de Cultura, “Los Cocolos de Nadal Walcot”, admirable por sus láminas, sus textos, su propósito educativo – para que se conozca la riqueza de la cultura “cocola”-, sus danzas, sus instrumentos de música, sus ritmos, sus atavíos, sus máscaras.

¡Son verdaderas obras maestras de Nadal Walcot que también escribió reseñas explicativas!

Y sobre todo, hay un texto maravilloso de nuestro mayor folclorista, Dagoberto Tejeda, que obligatoriamente saca lágrimas a toda persona sensible.

Ojalá se haga una segunda edición…

Queremos citar un parrafito: “Pero no eran solo “pinturas” en el sentido tradicional, sino que son más bien crónicas pedagógicas, que describen cosas que no han sido escritas por nadie, con la visión y la valorización de un cocolo, con la dimensión documental, la vivencia de alguien, que con coraje, pero con mucho amor, da testimonio de su vida con la visión de eternidad”.

Y el texto termina con versos del gran poeta cocolo, el incomparable Norberto James que se sustituye a Nadal Walcot, clamando:

“Me niego a negar este rostro que como bandera enarbolo
esta voz que proyecto
estos gestos que encarno
estas raíces por la que me nutro
y soy”.