¡Proclama insular caribeña, para larga vida de un cimarrón estético!
«Yo no voy a morirme. Salgo
ahora, en este día lleno de volcanes
hacia la multitud, hacia la vida. «…
Pablo Neruda. / Voy a Vivir del Canto General-1949
«No duerme el árbol de mis juegos.
En su prudencia se establece faro vegetal,
que en la oscuridad vigila «…
Norberto James / Árbol de mis juegos del Libro Vivir-1981
1 / DE QUÉ VAS. ADOLFO RAY NADAL WALCOTT SIGILOSO CIMARRON ESTETICO MULTI INSULAR Y GRIOT. ¿POR FIN DE QUE VAS?
De qué vas cocolo del alma y fuelles escondidos, de qué vas hermano de aventuras inenarrables, cabalgando en el mejor humor de los siglos y la bruma, de qué vas cocolo intrépido, con sabor insular en un apetito de isla sobre isla, que nadie te quita.
Eres el auténtico cimarrón estético, Griot Deli, pocos lo han descubierto.
Tus textos e imágenes hacen esa lírica función, no tan naif como se podría pensar, es probable que no sea posible captar el famoso odio a la corona, pero si una cierta distancia a la mentalidad colonial, que nunca aceptamos en nuestro amado ghetto de Miramar.
¿Alguien quiere negarlo? No hay problemas, dígale Míster Nadal Walcott, que aquí lo esperaremos, entre Miramar y las sabanas de cañaverales, esas verdes hojas de sierras en los bordes de clorofila.
Eran cañas como banderas de un paisaje, que llevamos tatuado en el alma, y que usted Míster Nadal Walcott, con excelente y gráfica locura poética, ha tatuado en muchas paredes de República Dominicana.
Pero y usted señor Walcott de qué va, pero por Dios de qué va este Cocolo insigne de altas confesiones de viajes políglotas, descubridor de puertos desconocidos, con la temible arma de marfil afilada, instalada en esa carcajada mortal de simpatía por necesidad y otras volutas azules.
¿Dónde quedó nuestra Arcadia en ese Miramar entre Zayas Bazán y los Basas, Enrique Rijo y calle Sánchez, dónde Míster Walcott?
Presidente Jiménez y su polvareda y la silente bicicleta, es Belkis, que deslizaba al padre de Luis Monero más campante que J. Walker.
Implantados los Dunker siguen firmes, de hierro colado, defendiendo el fuerte, hasta las próximas tormentas de amasijos de concretos y vecinos desconocidos
Oh Míster Nadal Walcott: el valor de nuestra Arcadia, aquella de frutos Berry y los árboles de ponseré, aquel manzano verde amarillo que poblaban nuestros amplios patios de Miramar venidos por la mar desde Saint Martin / Saint Maarten. Anguilla o Tórtola, Saint Kidd. Monserrat. Saint Thomas. Aruba. San Cristóbal y Nieves. San Vicente las granadinas. Santa Lucía, otros le conocerían como jujube (*) …
Recordamos cómo aquella vez nos trajo todos esos almibarados abuelos y locomotoras, de repente sacó una larga espada líquida de guavaberry , metal oscuro y denso y mirando a Ana Tomé, sin inmutarse, declaró el Centro Cultura Hispánico tierra conquistada, pero cuidado, que pudo ser al servicio de otro reino, el de la reina de Inglaterra (Remember Gilbraltar Walcott, remember)
Míster Nadal Walcott, recuérdelo bien, aquella noche hicimos el juramento: La mejor nostalgia será esa alegría del presente que impulsa unas terribles ganas de vivir, para hacer estallar el mundo en sus mejores zonas del corazón. Por favor recuérdelo bien, no falte a ese juramento, Ana Gallo nos miraba con ojos oscuros, y claro, con un alucine flipón y flipante que tiempos Ray, que tiempos Ray.
2 / EL MITO DOMINGUEZ CHARRO: MISTER NADAL WALCOTT, CUENTELE USTED, LAS MENTIRAS ESCONDIDAS, CUENTELES
Ray, no te miro como el viejo negro del puerto de Domínguez Charro. Ray no eres ese, sumiso, eres el luchador sonriente de siempre, no te miro con una pipa y una maldita soledad entre brumas, aquel cansancio del alma con lirismo esbozado por el poeta en su inocencia ideológica, pero con una mirada humana sobre un pobre sujeto de puerto, que dormita entre la mar y sus vicios de olas impertinentes, nácar y geométricos espejos de sal.
No te veo así Adolfo Ray Nadal Walcott. Porque detrás de tan celebrados versos, ad nauseam, está tu anti retrato, Ray: habla con tu fuerza de hombre entendido de tu tiempo, aguantando como un boxeador bailarín, los candelazos de la historia, qué coño buscaría en el África, aquella África cuyo retorno lo ofrecía el Ku Klux Klan y que el Garverismo vendía por tu San Pedro de Macorís, tu Mosquito y Sol, nuestro Mosquito y Sol. Mitos para encubrir mentiras.
Pero no Ray Nadal Walcott, pero no Adolfo Nadal Walcott, o como diría desde algún páramo cielo cercano, la inolvidable Margot Paradas: » Ay no que va «, dícese, imposible, no te vemos en estos versos ingenuos, pero digno de reflexionar en otra clave del cimarronaje estético, tu cimarronaje estético:
» Viejo Negro del puerto / retorna en el espíritu / a tu selva sagrada / Emborráchate en la leva piragua imaginaria / de tu inconsciente mártir, – y llora inconsolable- / que en esta noche lánguida / sólo un millón de estrellas verán correr tus lágrimas /…
Cuando el poeta se compadecía no pensaba en ti, ese no es tu retrato y para buen entendedor y mejor lector, se trataba de otro contexto, en aquel donde unos vivos mercaderes, ante el asedio de los linchamientos en el Sur en América Del Norte, vendían » títulos de propiedad » a seres en pánico, luchando por su vida, títulos falsos porque las tierras no existían.
La leyenda poética, así ha quedado y el estribillo se hizo canción:
» Insúflate en la nada, / penetra los abismos insondables, / fija la indescriptible quietud de tu mirada / y acorta la jornada redentora / de tu retorno al África / «
Cuéntele usted mismo Nadal Walcott, cuéntele, que, en la diversidad del África, madre patria despedaza por la trata negrera y sus largos confines de sangre y galeras, andamos como los perros en la fiesta de los amos, sabemos que el gran destierro nos une en una memoria de dolor, que no debe ser obstáculo, para trascender y mostrar, por ejemplo: ese talento suyo Adolfo Nadal Walcott.
Aquel imaginario, con todo respeto y contexto de Domínguez Charro, negaba a los secuestrados de sus tierras el derecho de construir nueva donde habían llegado.
El mito del retorno al África, tiene muchas mentiras detrás, tratado en este país como un » pequeño folk petromacorisano «, pues no, y usted lo sabe Míster Nadal Walcot…
Lo que sucede, cuéntelo usted señor-míster Nadal Walcott:
nuestra lógica de cocolos indelebles nos lleva a una flema de madre y padre en un tiempo de racionalidad, donde la miseria era tomada con la filosofía de que el futuro se construye no se espera, la nuestra claro, donde el sacrificio personal inherente a toda gestión, evita el paternalismo y la queja mientras viene el tiempo, cuéntelo usted Nadal Walcott, cuéntelo.
Integrados a esta tierra, a este caos fabuloso y RDiano, nos hemos ganado esta tierra que ningún nacionalismo financiado, terrorista de gentilicios y armonía multi étnica, podrá arrebatarnos, porque todo lo vivido míster Walcott es tiempo ganado, gozado y sufrido meditado en todo caso.
3 / CUANDO TU LOCA LOCOMOTORA ES UNA FIESTA TROPICAL, MISTER NADAL WALCOTT Y NO PARA, NO PARA!!…
En los vagones de la locomotora el 7 de Santa Fe, Gregorio Elías hace nubes de vapor entre sus sueños, la fiesta de nuestro cimarrón estético, ha comenzado. Se puso cachondón mister Nadal Walcott. Guayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy.
Ohhh Sotavento y Barlovento. Música de acero metileno.
Y entonces, viene la sonrisa de hombre que no envejece, mito exterior que pretende no mirar la aspiración del alma y necear con la piel. Pero que siga la música, porque en la pintura de Walcott, África sigue viva y esos trazos de plumilla hablan del éxodo de Zaire y son más que una preocupada canción de unidad africana de Bob Marley.
La locomotora sigue a millón: Alberto Byas saluda a Marino (Maximiliano Gómez) Heriberto Penn dirige su banda infantil.
Primo el Guloya da un salto y René del Risco sonríe desde la aurora. Carlos Ramos trombonea como elefante ebrio sin atril.
Que siga la música y con ellas los versos obsesivos del poeta que en la distancia se integra al convivio con la sentencia profética: “Me niego a negarme/desasociándome de este mortal/ que exhibe sus flaquezas/” Norberto James…
De qué va Ray Adolfo Nadal Walcott, este cimarrón estético, de pinturas difíciles, retratos de cuerpos en posturas insospechadas, rollo de papel debajo del brazo y esa cólera terrible, míster Walcott en aquel delirio insular, cuando te cierran tus propias fronteras y tienes que abrir otras fronteras que no te son propia.
¿De qué vas hermano?.
Sotavento o Barlovento, islas y anunciadores de carnavales eternos, que siga este calipso nuevo entre hispano y cocolo vía Andalucía, el mejor lugar para entrar, con flamenco de bulerías interminables que no pare, porque anuncia esa visión de futuro retenido: que la humanidad que viene será ecuménica y diversa o no será. Que no pare la locomotora y sus humos de colores (CFE).
(*): En los últimos tiempos algunos reportajes de diarios dominicanos nos han traído la especie de que el ponseré ha sido traído al país por taiwaneses. No tengo elementos de prueba para rebatir esos dos reportajes: uno del Caribe en el 2003 publicado el 8 de enero. Otro en el Listín Diario, publicado el 20 de mayo del 2008. En cambio, muchos crecimos sabiendo que la fruta había venido del Caribe menor.