¡Adopae: compromiso profesional!

¡Adopae: compromiso profesional!

¡Los paños tibios ya no funcionan como antes!

Herminio y Píndaro se han sentado en los escalones de un auditorio al aire libre construído en una de las zonas de esta capital, para acoger las estrellas en el arte nacional e internacional… Ambos miran la soledad en su alrededor… “¡Mucho falso brillo ha intentado salir a relucir durante esta pandemia, eh Herminio! –exclama Píndaro-… Parece que una estela ha venido desgastando -desde hace ya unos años- varias de las instituciones que en nuestro país se han cobijado en un falso poder mediático… Es como una lucha contra el ambiente que por obligación nos ha sumido esta pandemia”… “Así es –responde Herminio-, pero no hay mal que por bien no venga… Hay un sector, en que una parte importante de sus integrantes se ha propuesto decir presente e iniciar un camino hacia el compromiso –que parece haber caído en descuido-, de fortalecerse académica y sectorialmente”.

“¿Y viste quién es el capitán al que han elegido para guiar el barco?”-cuestiona Herminio-…. “!Siiii! –exclama Píndaro-… ¡Es tu compadre Severo Rivera!…¡Tremenda canana le han echado!”… Herminio se pone de pies, levanta su cabeza hacia un cielo azul y despejado… Mira al horizonte y dice: “Una interesante institución sectorial para protección de la comunicación en las artes y el espectáculo ha nacido: ¡La Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculo, ADOPAE!”…. “Tremenda canana se han propuesto llenar para responder a la incertidumbre propia de la improvisación que a veces reina en el ambiente… Según su proclama, sus estrategias irán encaminadas a promover y estimular la creatividad y lo cultural, así como su desarrollo en todos los ámbitos –comenta Píndaro-… Hay un deseo en ellos de proponerse compartir con otras entidades e instancias públicas y privadas afines, a nivel nacional e internacional”.

A Píndaro y Herminio les brota una inmensa satisfacción, pues ambos han estado íntimamente ligados a una etapa en la historia del que fuera el premio más respetado al objetivo reconocimiento de la trayectoria de nuestros artistas, y han sabido saborear los éxitos de aquellos que han sido merecedores de ser recipientes del mismo… Siempre habían esperado este momento… El de una institución que ahora se propone construir una gran familia para el rescate y promoción de la cultura y sus manifestaciones, trabajando de una forma consciente, entusiasta y –lo más importante-, transparente.

“¿Y a quién se le ocurrió tocar la campana?” –pregunta Herminio-… “Surgió de una profunda reflexión de decenas de hombres y mujeres que han ejercido el periodismo –responde Píndaro-, y por tanto, han estado involucrados durante décadas en la noble tarea de valorar, reseñar y difundir la riqueza cultural, tangible e intangible, que nos identifican como pueblo y nación”…. Pareciera como si de pronto, se ha despertado en este grupo de hombre y mujeres responsables del decir y comunicar, el comprometerse más que nunca con la integridad y la equidad, para hacer un ejercicio periodístico responsable y de compromiso social, porque ‘la cultura –postulan-, nos identifica y nos compromete’… Y, para ello, estará el unir a los jóvenes que se dedican al periodismo artístico y cultural para que desde esa Academia puedan mejorar su competencia profesional”.

Herminio y su alter ego Píndaro se disponen a abandonar el auditorio y, mientras siguen conversando, se topan frente a frente con la persona a la cual le han nombrado guía visual de la naciente institución…Un joven aún de cuya expresión facial brota una aura de positivismo y cuyos gestos son de esperanza… “¡Qué pasa, compadre! –saluda Herminio-… ¿Para qué nació ADOPAE?”… “Nace como un espacio de reflexión y diálogo entre periodistas especializados en espectáculos con gestores culturales, artistas y organizaciones afines para impulsar que el sector cultural define una Agenda Sectorial” –proclama Severo, mientras completa la idea-… y a través de esta alcanzar puntos comunes que permitan impulsar el desarrollo y la preservación de la riqueza cultural nacional”-completa-.

Con miradas cruzadas, Herminio y Píndaro hacen un sorpresivo análisis que no pueden dejar de expresar a quien tienen frente a ellos… “¿Te das cuenta de la responsabilidad que asumes y, contigo todos los que han ‘parido’ esta valiosa iniciativa, al iniciar su nombre con la palabra ‘Academia’?” –cuestionan-… “Rápidamente, y muy seguro de su conceptualización, Severo les responde a ambos: “ADOPAE se propone aglutinar al mayor número de periodistas y espectáculos y especializados en temas culturales, entretenimiento y la crítica de arte, para promover la solidaridad entre sus miembros, estimular –y aquí se ajusta a lo académico- su capacitación y su formación, así como el ejercicio ético de la profesión”.

Píndaro y Herminio le sonríen a Severo y le dan un fortísimo abrazo, mientras le susurran al oído: “La cultura les habrá de identificar y comprometer… pero asegúrense de luchar por la transparencia y objetividad en sus decisiones, tanto como institución como en velar por la cada uno de sus miembros… Cuando haya una adrede equivocación procedan, sancionen y den ejemplos… ¡Los paños tibios ya no funcionan como antes!

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