La propuesta de fusión de los ministerios de Educación y Educación Superior Ciencia y Tecnología (Mescyt) ha generado un intenso debate sobre su impacto en la calidad educativa del país. Jacqueline Malagón ofreció su visión sobre esta transformación y sus implicaciones para el futuro de la enseñanza.
En una entrevista reciente en el programa Dialéctica que conduce Juan Guzmán, Malagón, la actual asesora y exministra de Educación, enfatizó la importancia de los docentes como pilares fundamentales de la educación. “El futuro del país está en las manos de los maestros”, afirmó, resaltando que la fusión no solo busca optimizar recursos, sino también mejorar la calidad de la enseñanza en todos los niveles.
Uno de los principales retos mencionados por la experta es la necesidad de despolitizar la educación. Argumentó que el clientelismo político ha socavado el desarrollo educativo, y destacó que la verdadera reforma debe enfocarse en la calidad y no en las lealtades políticas. “La despolitización es crucial para garantizar que los mejores profesionales ocupen las posiciones más importantes”, subrayó.
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La fusión, según Malagón, también plantea la oportunidad de atender la diversidad educativa de manera más efectiva. Con un solo ministerio, las universidades y escuelas podrían beneficiarse de una administración centralizada que optimice recursos y promueva una visión coherente de la educación. “La única razón de ser de la educación es que los niños aprendan”, enfatizó, señalando el aula como el eje central del sistema educativo.
Sin embargo, la experta advierte sobre los desafíos que pueden surgir, como la burocracia y la resistencia al cambio. “La educación enfrenta un proceso cíclico de transformación. Aunque algunos se opongan, el cambio es inevitable”, afirmó. Malagón también hizo hincapié en la importancia de la investigación en ciencia y tecnología, que debe ser abordada de manera independiente para fomentar la innovación en el país.
En cuanto al presupuesto, Malagón se mostró optimista, sugiriendo que la fusión podría resultar en una mejor distribución de recursos, lo que beneficiaría a las instituciones educativas. “No se trata solo de dinero, sino de eficacia y compromiso en la enseñanza”, destacó.
Jacqueline Malagón también destacó la importancia de aprender de modelos educativos exitosos en otros países, como Finlandia, Singapur y Chile. Estos países han implementado reformas que han logrado mejorar significativamente la calidad de la educación a través de la formación continua de docentes, la despolitización del sistema educativo y un enfoque centrado en el alumno. Malagón subrayó que, al observar estas experiencias, se puede extraer valiosas lecciones que, si se adaptan al contexto local, podrían contribuir a optimizar el sistema educativo dominicano y, en consecuencia, fomentar un aprendizaje más efectivo y sostenible.
Concluyó su intervención con un mensaje sobre el futuro de la educación en el país. “Si se implementan correctamente las reformas, podemos aspirar a un sistema educativo más robusto y coherente que beneficie a todos”, afirmó.