Agresiones urbanas cobran intensidad al acercarse fin de año

Agresiones urbanas cobran intensidad al acercarse fin de año

La mayoría de los dominicanos aspira evidentemente a un tiempo pascual sin tensiones, riesgos y estorbos a causa de una mayor circulación de dinero y de tradicionales motivos para celebrar; lapso que pone a prueba los controles institucionales que en buena medida deberían librar a la ciudadanía de incursiones delictivas y obstáculos viales; unos riesgos que año por año persisten y derivan en perjuicios aunque las autoridades redoblen la guardia, como suelen hacerlo. Por lo mismo, este diciembre tiene acentuado el desorden en el desplazamiento de vehículos; más numerosos que antes y con el desbordado componente del uso de motocicletas; el recurso de transporte del más alto porcentaje de accidentes y mortalidad; sin ellas los servicios de emergencia de los hospitales traumatológicos estarían mínimamente concurridos; una drástica disminución de víctimas que debería lograrse con una aplicación de la Ley de Tránsito sobre los motociclistas que brilla por su ausencia.

Además, múltiples violaciones a la convivencia urbana tienen cobrado auge con el estacionamiento irregular de automóviles en calles estrechas que agudizan obstrucciones viales y retrasan las agendas de todo el mundo; y con la ocupación de áreas peatonales para fines de comercio y otras prácticas de la economía informal que pisotean el derecho de los transeúntes. No parece, ni remotamente, que en el país haya suficientes y competentes agentes del orden para combatir tantos quebrantamientos del orden. Las estadísticas no mienten.

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