No obstante el oro alcanzar su precio más alto (US$2,078.8 la onza troy), la Barrick Gold Pueblo Viejo está atravesando momentos preocupantes de incertidumbre debido a varios factores, siendo el principal la movilización de los agricultores que tienen sus viviendas y cultivos en la zona en controversia. Además, también alegan, que las aguas que procesan contaminan los ríos, siendo el de mayor riesgo, el Ozama.
Como la mayoría de los cultivos en el área donde se ha presentado la polémica son de plantas de cacao, la Presidente de la Empresa, señora Juana Barceló, cursó una invitación especial a la Comisión Nacional del Cacao de la cual –en tanto que Miembro Titular— formé parte de la misma. El día escogido, la Barrick Gold envió un autobús a recoger y posteriormente llevar a unos siete miembros que aceptamos ser convocados para que en situ, los técnicos y funcionarios nos dieran una explicación física del alcance de su proyectada expansión.
En el trayecto hacia la mina, pudimos notar que los ríos y las escorrentías, que anteriormente cuando extraía el oro la Rosario Dominicana, tenían un color amarillo oscuro lo cual significaba, contaminación de las aguas, siendo las mismas no aptas para el consumo humano.
Los miembros de la Comisión Nacional del Cacao pudimos comprobar que tanto en la gran presa de cola como en los lugares por los cuales circulan los óxidos, estaban completamente en orden y limpios. Asimismo, desde el observatorio desde donde se divisaba la totalidad del sistema, todo parecía normal.
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¿Cuál es el mayor problema? El humano. Los agricultores y productores de cacao tienen un alegato valedero a su favor. Deben ser desplazados de sus predios, algunos de los cuales tienen mucho tiempo viviendo y cosechando en su parcela. Además, algunos tienen viviendas aceptables que deben ser demolidas, ya que están en la zona donde se construirá la nueva presa de cola. Según varios de estos tenedores, en su desplazamiento e instalación en un nuevo hábitat implicaría grandes gastos que, al parecer de la mayoría, no es justa ni aceptable la oferta que les hacen.
La intervención del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha sido tímida, porque era tiempo ya de que esa dependencia gubernamental hubiese presentado un plan de manejo en el cual los productores colaborasen para solucionar el impase.
En los actuales momentos, en que nuestra fuente de obtención de divisas ha sido, primeramente afectada por la pandemia del covid 19, y a seguidas, por una contienda bélica en Europa, la cual no sabemos hasta que grado económico nos afectará, sobre todo, para nuestro espada de Damocles; el pago de la Deuda Externa.
Se conoce que la presa de colas de El Llagal está próxima a su saturación. Por tal razón, la Barrick Gold ha iniciado en la provincia de Sánchez Ramírez la búsqueda de un sitio idóneo, pero existe una fuerte oposición de los lugareños. La Multinacional está a la espera de las conclusiones del informe del Estado Dominicano. A nuestro entender, para acelerarse esta decisión, debe formarse un Comité Ad-Hoc, en donde estén representados los diferentes actores; a saber: Ministerio de Energía y Minas; Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Ministerio de Agricultura; Catastro Nacional; Barrick Gold; Productores de la zona afectada y Técnicos y Especialistas seleccionados por las partes.
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Hemos oído argumentos negativos sobre la extracción, ya que los alegatos son muy “traídos por los pelos”. Sabemos que el oro es un recurso no renovable, pero si no se extrae y se vende, de nada sirve tenerlo. Por eso, las autoridades deben tratar de sacar el mayor beneficio y también, defender a los productores compensándoles con un precio justo, tanto por sus parcelas, como por sus viviendas. El Estado Dominicano debe estar consciente, de que en estos momentos, el oro es nuestra tabla de salvación.
Con los elevados precios del oro, no debemos especular para obtener ganancias extras, de un lado como del otro. Busquemos una solución rápida, pacífica y efectiva; ya que, los intereses de la Deuda Externa nos acogotan, aun con pandemia o guerra, aumentan cada día y podría resultar que hasta nuestra cuota de oro no bastaría para pagarlos.
Ojalá, que la sangre no llegue al río y que las partes involucradas no quieran pescar en río revuelto. Pero, para eso es necesario, la buena voluntad y que se imponga la sensatez.