Fondo
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) aprobó $23,5 millones para proyectos que serán implementados por los gobiernos de cinco países de América Latina y el Caribe, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los proyectos se ejecutarán en Brasil, México, Nicaragua, Perú y Uruguay, y serán implementados por la FAO. Tres proyectos de país y un proyecto bi-nacional apoyarán a comunidades en la conservación de la biodiversidad marina, mejorar la sostenibilidad de las cadenas alimentarias, revertir la degradación de la tierra, impulsar la producción alimentaria sostenible y mejorar la gestión pública y privada de los recursos hídricos.
Según la FAO, esas nuevas iniciativas se suman a una cartera de 53 proyectos que han movilizado más US$181 millones del FMAM en 18 países de la región. “Transformar las prácticas agrícolas se hace aún más relevante durante la pandemia de la COVID-19. Tenemos que contar con sistemas productivos sostenibles y resilientes, que nos permitan estar preparados para afrontar una disrupción como las crisis sanitarias o los embates del cambio climático”, afirmó Ignacia Holmes, Oficial de Políticas, Medio Ambiente y Cambio Climático.
Bosque seco
La FAO y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza implementarán un proyecto que recibió USD 7,6 millones del FMAM, con un co-financiamiento de USD 53,5 millones de parte del gobierno de Perú. El objetivo del proyecto es restaurar y gestionar de manera sostenible los bosques secos de la costa norte del Perú, facilitando la conservación de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, aumentando la resiliencia de las comunidades y sus medios de vida, y disminuyendo la degradación de la tierra.
El proyecto mejorará la efectividad del manejo sostenible de cinco áreas protegidas que suman un total de 250,250 hectáreas. Además, restaurará paisajes en 2,278 hectáreas de bosques e impulsará acuerdos con productores, evitando la emisión de 2 millones de toneladas de CO2, beneficiando a 16,800 personas. Además, el nuevo proyecto de México es una estrategia de fortalecimiento de la pesca sostenible para salvaguardar la biodiversidad marina y la seguridad alimentaria, que va desde el anzuelo al plato.