Ahora, con más fe

Ahora, con más fe

No desmayemos contra la corrupción. Es evidente que la sociedad dominicana actúa de manera tal que en ocasiones resulta difícil de entender.
Un análisis de los resultados de las elecciones del año 2012 y de las de este mayo explican la prevalencia de la corrupción y la impunidad, del abuso contra la justicia.
Para mayo del 2012 importantes dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano que postuló a Hipólito Mejía le aconsejaban al candidato para que no mantuviera como un eje de su campaña la denuncia y lucha contra la corrupción.
Quienes así le aconsejaban sostenían que la corrupción no debía ser un tema de campaña, Hipólito insistió porque sabe que la corrupción gangrena la posibilidad de desarrollo del país.
Los resultados de las elecciones de esta semana permiten pensar que es preciso repensar los temas de campaña para que los que gobiernan puedan ser desplazados del poder.
Independientemente de las quejas, demandas, denuncias sobre irregularidades electorales, que preñaron esta campaña, hay que convenir que los intereses de los electores están claramente definidos.
A más del 60 por ciento de los electores no les importa que haya sobrevaluaciones escandalosas, ilegales y mañosas en la contratación de obras públicas.
A más del 60 por ciento de los electores no les importa que no haya medicinas, instrumentos médicos ni facilidades para atender a quienes acuden a los hospitales públicos.
A más del 60 por ciento de los electores no les importa que debido a la falta de apoyo a la producción agropecuaria el costo de la vida perjudique los escasos bolsillos de la mayoría.
A más del 60 por ciento de los electores no les importa que el precio del petróleo baje y los combustibles aumenten y los pasajes se mantengan altos.
A más del 60 por ciento de los electores no les importa que no haya justicia que la impunidad de protección a la corrupción.
De los resultados electorales se derivan estudios, comparaciones, análisis, lecturas, que intentan explicar las verdaderas y profundas razones por las cuales el pueblo votó en una u otra dirección.
Vistas las campañas electorales del 2012 y la de este mayo del 2016, parece como si al pueblo dominicano no le importara que el robo al erario se lleve el dinero que debe emplearse para construir un mejor país donde todos vivamos mejor.
Deja dicho que un roto, un desbaratado, postulado por un partido donde el robo perfume las reuniones de los altos organismos, de la noche a la mañana se convierta en multimillonario y puede obtener la más alta votación del país y no pasa nada.
Desde siempre he sabido que son las minorías las que impulsan los cambios las que producen las revoluciones, las que construyen el progreso.
No desmayemos ¡aún hay Patria!

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