VÍCTOR GULÍAS
De tanto repetirlo, parecería demasiado manido el slogan Ahorremos agua, asunto de vida. Pero lo cierto es que no solamente debemos reiterar ese postulado, sino advertir, nueva vez, su gravedad.
Dicen los expertos que el agua en el planeta será la fuente de conflictos, incluso armados, en las décadas por venir. Y es que a fuerza de inconsciencia, abuso, depredación, tala indiscriminada, desertificación, erosión de la capa vegetal, contaminación ambiental, polución y desinterés movido por el mercurialismo, los humanos estamos logrando el suicida objetivo de destruir las fuentes de agua.
Véase lo que acontece en el Africa Subsahariana, donde avanzan los desiertos y aumenta la miseria, las extensas sequías, los fenómenos atmosféricos devastadores. El hombre se ha encargado, con sus serias agresiones a la Madre Naturaleza, de hacer que ésta se rebele contra todos, con los trágicos saldos que frecuentemente vivimos.
Las fuentes de agua pura, en todos los continentes, tienden a disminuir. A esa dura realidad no escapa nuestro país, y el ejemplo más dramático lo tenemos, justamente, en la parte occidental de la Isla, en Haití, donde los efectos de la mano del hombre han convertido ese sufrido suelo en inviable, corriendo nosotros con las más pesadas consecuencias.
Si nos trasladamos a las ciudades y revisamos la llamada vida moderna, concluiremos que somos inconscientes y que damos un uso inadecuado al más vital de los líquidos: Nadie debería ignorar que el país se adentra a una temporada de sequía, con ausencia de lluvias no sabemos qué tan prolongada y, por lo tanto, debemos ahorrar agua.
Duele ver cómo en muchos hogares, para hacer cualquier oficio doméstico, fregar por ejemplo, se dejan abiertas las llaves, desperdiciando un recurso escaso, sin que parezca importarnos el destino del país ni el de la humanidad. Igual sucede en los lavaderos de autos, en los jardines, al bañarnos, al lavar los carros en nuestras casas, etc. Tenemos que adquirir conciencia del preciado valor del líquido.
Ahorrar agua es más que una consigna, es un postulado vital. Cada gota que se pierde, cada gota que derrochamos, cada gota que dejamos de bien usar, es necesaria en otros lugares, hace falta para fines útiles y debemos pensar en eso y crear conciencia en nuestros estudiantes, en nuestras familias, en nuestra sociedad de la escasez mundial del líquido que desde ya se vaticina, sin querer pecar de alarmistas.
La importancia del agua para la vida es tal que basta con recordar que el organismo humano está compuesto en más de un 60% de agua y que, sin agua, no hay vida. No se lo dejemos solamente a las autoridades, empecemos por nuestros hogares, corrigiendo fugas, cerrando una llave, asumiendo más niveles de conciencia, y hacerlo ahora…mañana será tarde.