Aja ¿y entonces?

Aja ¿y entonces?

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Los Gobiernos de los países responsables de la miseria que afecta Haití siempre escurren el bulto cuando se trata de socorrer, de asistir, de intervenir, para mejorar la situación política, sanitaria o económica.

De lo que si se ocupan es de buscar cómo explotar las riquezas naturales, sacar el jugo de la caña y dejar el bagazo, cuando ya no sirve ni siquiera como materia prima para la elaboración de bloques para la construcción.

Dicen que el subsuelo de Haití es rico en minerales que esperan ser explotados, ahí es donde entran la avaricia, la explotación y la injerencia de capitalistas desalmados quienes mantienen en jaque la vida de aquel país para tener ganancia por medio del desorden en combinación con políticos y politiqueros, empresarios, piratas y corsarios locales y extranjeros,

Por ello, el país es gobernado por dictadores o por politiqueros corruptos, comerciantes y capitalistas quienes, en nombre de la República, desean y mantienen el control de los poderes públicos y de la fuerza armada para que les sirvan a sus intereses particulares y no al bien común.

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La política de tierra arrasada aplicada en Haití, ha convertido esa nación en un campo de batalla por la vida donde todo vale, forzando al pueblo a procurar sobrevivir aplicando normalmente la ley de la selva, para huir del hambre, la desnutrición, el desempleo, la falta de educación y salud, entre otros graves problemas.

Las fórmulas para rescatar Haití no son las que se aplican ni las que se anuncian, Denise de Kalaf, en “Ciudad Universitaria” cantaba que la solución no era poner “detrás de cada estudiante un policía”.

El presidente Biden, va a la ONU y propone una fuerza multinacional que resuelva el problema de las pandillas que gobiernan una parte de Haití, fanfarronean, retan, asesinan, actúan como chivos sin ley, en un país donde se desmovilizó, se destruyeron las fuerzas armadas y se oye el grito de lamento por tan infausta decisión.

Se va a crear un ejército de ocupación (aunque con otro nombre) que lo mas probable es que tenga enfrentamientos a tiros con vándalos que resistirán ser desarmados, dado que esas armas son su instrumento de trabajo.

Tendrán que buscar casa por casa, callejón por callejón, cuartería por cuartería y hallarán pocas armas. “Pacificado” Haití, ¿se resolverá el problema de la producción de alimentos, del hambre, la miseria, el desempleo, la salud? Como decían Los Guaraguaos “no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”

Solo falta que un “genio” imperialista plantee que, pasado un plazo, se celebren en Haití “elecciones libres” para cerrar el capítulo.