Al: Presidente Medina
A: todos los líderes
que aman su país
Actualmente, el sector energético constituye, un lugar común necesario repetir, parte fundamental del desarrollo de un país. Ahora, alrededor de 1,300 millones de personas en el mundo no accede a este recurso. Nos encontramos con un sistema de energía basado en el uso generalizado de combustibles fósiles, los cuales son objeto de crítica debido a las emisiones de gases contaminantes y a su vulnerabilidad a cambios geopolíticos y colusión de precios entre los productores. Frente a esta situación, varios países que antes jugaban un rol marginado debido a inquietudes en torno a la generación y almacenamiento de electricidad se han centrado en la búsqueda de nuevas fuentes de energía más limpias y abundantes. En esta entrega hablaremos sobre la energía solar, una de esa opción, la cual está creciendo exponencialmente en diversas regiones del mundo.
Además de la preocupación por el medioambiente, uno de los principales factores que ha estimulado el uso de energía renovable, en especial la solar, ha sido su abaratamiento. Según el Instituto Solar de la Universidad de George Washington, los costos de los paneles solares disminuyó un 80% en los últimos cinco años, y la reducción continúa. Esto es producto de las nuevas tecnologías y del surgimiento de proyectos y modelos de negocios cada vez más innovadores, por ejemplo, en naciones como Nicaragua y Argentina son usados hornos móviles que funcionan con tecnología solar para cocinar los alimentos.
Otro de los factores influyentes en el creciente número de proyectos se encuentra en las políticas de incentivo a la producción de energía renovable, destacándose países como Alemania que, gracias a sus políticas, posee la mayor capacidad instalada a partir de paneles solares en el mundo. Adicional a lo anterior, destaca el Crédito Fiscal por Inversión Solar (ITC) en Estados Unidos, que consiste en la reducción del 30% de los costos de instalaciones residenciales y de negocios.
Muchos países del mundo están considerando hacer uso de energía solar para asegurar el acceso a electricidad y reducir la dependencia de combustibles, en especial en países del Caribe, una región con sol abundante donde el petróleo representa el 90% del sector energético, según el Banco Mundial.
Con esta disminución de costos, la energía solar proporciona una solución a la falta de acceso a electricidad. África, uno de los continentes con la mayor proporción, está viviendo una transición sin precedentes en su sistema energético. El acceso a energía en África, a pesar de estar creciendo, aún está limitado. Según la Agencia Internacional de Energía, más de 620 millones de personas en África Subsahariana no poseen suministro energético, sin contar a los 730 millones que se mantienen en el uso tradicional de biomasa para actividades domésticas. En ausencia de electricidad, las personas dependen de velas y lámparas de queroseno para alumbrar sus hogares. Estas alternativas no solo poseen un alto costo, sino que pueden resultar peligrosas para la salud y el medioambiente.
África posee un potencial particular de energía solar. La mayor parte del continente disfruta de más de 320 días soleados y altos niveles de irradiación, haciendo un lugar propicio para la generación de energía solar. Aprovechando estas condiciones favorables, en países de África Subsahariana, se han ejecutado proyectos para la generación de electricidad en comunidades de forma sustentable y descentralizada, contemplando zonas rurales de Kenia, Camerún, Mozambique, entre otras, que se encuentran alejadas de las ciudades electrificadas.
Vemos cómo el uso de energía solar en África constituye mejora notable en el acceso a la electricidad, problema que ha constituido una de las principales debilidades y una gran barrera para el desarrollo económico de dicho continente. Si bien las estaciones tradicionales aún juegan un rol importante, su dominio está disminuyendo alrededor del mundo. Es un buen momento, gracias a los cambios tecnológicos y la continua disminución de los costos, para que países como el nuestro pueda hacer lo mismo, reduciendo la importación de petróleo de alto costo. Si África lo ha logrado, definitivamente, nosotros también podemos. ¡Adelante, el tiempo apremia!
Investigadora asociada:
Ledys Féliz.