Al Pacino se asoma al declive vital en «Manglehorn» y «The Humbling»

Al Pacino se asoma al declive vital en «Manglehorn» y «The Humbling»

Venecia (Italia) (EFE).- Algo pasa este año en el Festival de Venecia con la crisis de los hombres a partir de los sesenta. Es el caso de Michael Keaton en el «Birdman» de Iñárritu y el de Al Pacino, por partida doble, en «Manglehorn» y «The Humbling», ambas presentadas hoy en el Lido.

El mítico intérprete de Michael Corleone ha aparecido ante los periodistas vestido de negro integral, con gafas de sol y un collar plateado, y con la descarga de ironía preparada ante las inevitables preguntas sobre el declive vital y la depresión.»Puede que esté deprimido, pero no soy realmente consciente de ello», bromeó. «De hecho esta mañana me levanté pensando en retirarme (del cine) pero al verlos a todos ustedes aquí me puse contento y cambié opinión».

Y es que en «Manglehorn», la cinta de David Gordon Green que compite en la sección oficial, Al Pacino hace el papel de un viejo cerrajero que nunca superó la ruptura con un amor del pasado y sigue escribiéndole cartas, mientras permanece cínicamente ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor.

Ni siquiera una dulce y encantadora Holly Hunter, que tiene algo más que un ligero interés por él, consigue sacarle de su cínico aislamiento, en este nuevo largometraje del director de «Joe» (2013).

Más personal aún es «The Humbling», que se ha proyectado fuera de concurso. Basada en una novela de Philip Roth, la película cuenta la historia de Simon Axler, un actor que va perdiendo facultades en el escenario a la vista de todos y decide retirarse por un tiempo.

Fue el propio Al Pacino quien buscó al ganador de un Óscar Barry Levinson para sacar adelante el proyecto, que cuenta con la Greta Gerwig de «Frances Ha» en el papel Pegeen, la joven que con su actitud vital y su atractivo sexual le hace recuperar cierta pasión.

«Me gustaba la idea de que fuera un actor, porque sé algo de eso, y también el tono tragicómico de la obra», ha señalado. «Simon es un hombre que siente que ha perdido oportunidades, que se está haciendo mayor y está perdiendo capacidades en su trabajo, lo que le hace entrar en cierto pánico y depresión».

Al hilo de este personaje, Pacino reflexionó sobre la profesión de actor y el éxito.

«El alcohol, las drogas o manejar el éxito, son cargas para cualquiera, pero especialmente para un actor que es visto como alguien glamuroso y envidiable. Sentir que eso desaparece y no puedes hacer nada es realmente deprimente», aseguró.

Eso sí, personalmente las cuentas le salen bastante bien. «Me siento muy afortunado porque encontré algo en la vida que me gusta hacer. Digamos que el avión no va a aterrizar aún», aseguró el intérprete de 74 años, dando a entender que no piensa en la retirada.

El ganador de un Oscar por «Scent of a Woman» (y otras siete veces nominado) no tuvo reparos en admitir que a veces acepta implicarse en películas comerciales, e incluso ha hecho algún anuncio, que compagina con otros proyectos que de verdad le apasionan.

«Para mí, las películas comerciales son una especie de tercera vía, pero aparte, cuando te vas haciendo mayor, necesitas seguir sintiendo deseo por las cosas, y de eso se trata, de hacer algo que de verdad te apetezca».

La jornada de hoy en el certamen ha dado aún más de sí, con la visita de una leyenda, Catherine Deneuve, y dos hijas de leyenda, Chiara Mastroianni y Charlote Gainsbourg. Las tres son madre e hijas en «3 coeurs», la otra película de competición del día, dirigida por Benoit Jacquot.

El guión plantea un triángulo amoroso entre las dos hermanas y un personaje interpretado Benoit Poelvoorde, que también protagoniza otra de las cintas francesas en competición, «La rançon de la gloire», de Xavier Beauvois. EFE