En este artículo, me propongo explicar por qué digo que el Dr. Joaquín Balaguer fue un maestro de la política. Que sentó cátedras tan grandes como muchos de los más emblemáticos maestros en tácticas y estrategias de poder en el mundo.
Eso no significa que fuera un gobernante ético y de grandes ideales ni estadista. Es un caso similar al de Trujillo. Juan Bosch, en su histórica polémica televisiva con el padre Láutico García sostuvo, con razón, que Trujillo supo gobernar. No quería decir, que fuese serio y buscara el bien del pueblo dominicano. Todo lo contrario, tal como demostró el escritor en su libro “Trujillo: Causas de una Tiranía sin Ejemplo”, fue el más ladrón de nuestros gobernantes, pues se adueñó de casi toda nuestra economía.
En cambio, hay otros exitosos maestros de la política que sí han tenido grandes ideales y gobernado a favor de sus pueblos: Gandhi, Churchill, Mandela y otros.
Balaguer aprendió trucos de Zun Tsu, Maquiavelo, Baltasar Gracián, Carl von Clausewitz.
También de uno del patio, del que fue cortesano: Rafael Leonidas Trujillo Molina. Aprovecho para aclarar que su nombre era Leonidas y no Leónidas, como habitualmente se escribe ese nombre. Balaguer también fue discípulo (y familiar cercano) del sátrapa Ulises Heureaux (Lilí). Lo dejo sin la S porque aunque los historiadores lo escriben con la S, lo pronuncian Lilí y no Lilís. Como realmente le llamaba el pueblo dominicano, acostumbrado a obviar las Ss finales. Buenaventura Báez, tan hábil como corrupto y entreguista, fue otro de los que Balaguer aprendió estratagemas.
Los dominicanos hemos tenido otros maestros que sí fueron honestos y honrados, condición que limitó su éxito en una sociedad de tan arraigadas mañoserías como es la nuestra: Bosch, Espaillat, Jimenes, y en cierto modo Mon Cáceres.
SU BIOGRAFÍA POLÍTICA: CÁTEDRA DE ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS
Sobre su dominio de la política, siempre que mis alumnos de mercadeo y publicidad en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) me pedían que les recomendara algún libro sobre marketing político, les mencionaba a varios autores, y culminaba mi respuesta diciéndoles: “Aunque si ustedes quieren saber cómo se ejerce magistralmente la política, la lucha por alcanzar el poder y mantenerlo, solo tienen que estudiar en periódicos, videos y libros cómo el Dr. Joaquín Balaguer manejaba a competidores políticos y aliados; cómo vadeaba dificultades y casi siempre vencía, con sus geniales estratagemas. Lean el libro “El Destino Dominicano”, del embajador norteamericano John Bartolow Martin, quien relata cómo el hombre se hacía la mosquita muerta.
Era tan sabio políticamente que cuando visitó Cuba y se reunió con Bosch, quien luchaba dignamente contra el criminal que nos oprimía, y este le propuso que se quedara en la Isla del Encanto y se uniera a la lucha contra el cancerbero , Balaguer le respondió: “Juan: Yo quiero estar debajo de la mata para cuando caiga el mango”.
Con su tranquilidad de hielo, supo manejarse en situaciones extremadamente difíciles, en las que anduvo sobre el filo de las bayonetas. Por ejemplo, a la muerte de Trujillo, él era el presidente títere. Fue magistral cómo maniobró frente a los familiares del tirano, sedientos de venganza y de mantenerse al mando.
A partir de esto, Balaguer cambia la jefatura del “Jefe” por la de los norteamericanos. Logra vendérseles como solución para impedir que Bosch regresara al poder en las “elecciones” celebradas como condición para que sus tropas abandonaran el país en 1966. Con formas muchas veces “non sanctas”, gobernó en tres períodos consecutivos. Para ello dependió tanto del apoyo de EEUU que llegó a decir que saldría del gobierno si el presidente Richard Nixon se lo pedía.
SOLO PEÑA GÓMEZ LOGRÓ ASESTARLE UNA DERROTA
Puede afirmarse que el Dr. José Francisco Peña Gómez fue el único político que derrotó a Balaguer, en 1978, mediante dos brillantes tácticas: 1. Encabezó la campaña de Antonio Guzmán, y con su excelente oratoria le dio el triunfo electoral. 2. Arrancó a Balaguer el respaldo estadounidense, al aliarse con los liberales de Washington. Estos obligaron al anciano líder y sus militares a entregar el poder.
Sabichosamente, el Dr. Balaguer (con mañas, como dirían los campesinos) consiguió la “mayoría” senatorial, y así impidió el nombramiento de jueces que condenaran su corrupción.
Cuando parecía imposible que volviera, logró ser elegido en dos ocasiones más.
En conclusión, para mí, los dos más grandes maestros de nuestra historia son Trujillo y Balaguer.