ALERTA. Eros dominante y creativas repeticiones en Mora Serrano

ALERTA. Eros dominante y creativas repeticiones en Mora Serrano

Juan Freddy Armando

En el artículo anterior traté sobre la segunda y tercera cualidades que, a mi juicio, destacan en “Sinfonía en Miedo Mayor”, del poeta, narrador, ensayista y crítico Manuel Mora Serrano. Esas son: la lucha sexual del adulto mayor y musicalidad en los versos. Hoy me corresponde hablar sobre la cuarta y quinta características del mencionado texto. Veamos:

Cuarta: erotismo como sed de dominar. He aquí otro enfoque de la acción sexual en el poema, y es la misma vista como expresión de un combate de altos vuelos sensuales entre la pareja y el miedo.

Una visita rápida a la poesía dominicana, me hace recordar tres formas magistrales del manejo poético del sexo: Fabio Fiallo, Manuel del Cabral y Tomás Hernández Franco, comparables con una cuarta: la de Mora Serrano.

La de Fiallo se observa en su “Gólgota Rosa” -a mi juicio el primer gran poema erótico de nuestro parnaso- donde juega con la ironía, sarcasmo e irreverencia iconoclasta. Ve como lascivo voyerista al Cristo crucificado que lleva una mujer en la cadena que luce en su cuello y cae entre sus senos.

A Del Cabral lo distingue un inusitado sentido del humor. Muestras son sus poemas “Fecha y sexo” y  “La mano de Onán se queja”, en los cuales hay un eros curioso-juguetón en que el poeta no busca despertar nuestros instintos, sino que se propone y logra provocarnos risa al observar singulares menudencias del encuentro de parejas o el placer solitario.

En Hérnández Franco, su excelencia consiste en crear una atmósfera de religión y violencia sexuales. Apela a Wangol que

“viola a todas las niñas en el vientre de sus madres dormidas”

y Ayidá-Oeddó, reina del olimpo africano:

“… la que pone

a arder la lámpara roja del estupro

(…) la que está partida en dos mitades por el sexo infinito

maestra de la danza sagrada para llegar hasta ella misma

domadora del grito y del espasmo”.

Ahora, ¿por qué destaca y brilla el erotismo de Mora Serrano? El poema responde clara y contundentemente:

“Vengo armado de primaveras. Traigo un ejército de aromas,

(…) Serás el día, a pesar de las sombras en la noche de tus piernas.

Te traigo valles. Te entrego parcelas ordenadas.

A cambio de tu soledad, he aquí mis versos

pulidos por la primavera.

A cambio de tu muerte, he aquí mis cantos.

¡Oh miedo mayor, miedo mayor, miedo mayor mío!

(…)¡Soltaremos las bestias! Ya no es hora de versos”.

Su creatividad poética mira al sexo como sublime guerra, donde se enfrentan ejércitos armados de temblores, extremidades sexuales y otras partes de los cuerpos femenino y masculino sublevadas. El macho batalla por dominar sus emociones y a la dominante hembra con desesperación de vida o muerte.

CUÁNDO REPETIR SE HACE VIRTUD

Quinta: creativas repeticiones. Para redactar bien, tradicionalmente se recomienda evitar la reiteración de palabras, vistas como aburridas. En esto, quienes escribimos en lengua castellana tenemos la ventaja de que es un idioma con gran abundancia de vocablos, especialmente de sinónimos.

¿Cómo actuar ante eso? Evadirlas es lo que tradicionalmente hacen los autores, temerosos del rechazo a sus letras. No obstante, esa retórica puede como otras ser exitosamente derrotada por los innovadores, que en arte, ciencia y técnica triunfan precisamente por nadar a contracorriente, buscar al ahogado río arriba, galopar contra el viento.

Manuel Mora Serrano logra eso. Traspasa la repetición de desvirtud a virtud:

“Solo un gran amor puede hacer el canto

Y yo te canto y en ti canto lo que canto y lo que no canto,

Canto y canto en ti que eres mi canto”.

Lleva a las letras un recurso de la música, la cual vuelve continuamente a estribillos y compases. Ello permite al músico mantener al oído del espectador en el enjambre de notas, sustraído, secuestrado, transportado por el sopor placentero de la obra.

Estas creativas reiteraciones, funcionan también en las letras, dando solaz en vez de hastío.

Mora vuelve al sintagma y revuelve su contenido semántico. Así expresa los estados de ánimo producidos por la inspiración: triste, alegre, trilce, tierno, cruel, placentero. Las palabras canto, primavera, cuerpo, noche, miedo creativamente se repiten.

El próximo domingo, leerán la última entrega sobre el texto comentado. Este y otros artículos míos, pueden leerlos en la página web del periódico Hoy y en mi muro de Facebook. También la copia in extenso del poema analizado.

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