El admirable escritor Omar Messón publicó un poema en su página de Facebook que provocó opiniones de otros varios: José Ángel Bratini, Eduardo Díaz Guerra, Ramón Saba, entre otros. Se habló de si la rima es anticuada o no. Publico mi comentario al respecto en forma de artículo.
Algunos piensan que las viejas escuelas de arte pasaron de moda, que no debe volverse a ellas. Que, por ejemplo, escribir sonetos no hoy no tiene sentido, porque prima el verso libre.
Con ello cometen el mismo error, pero a la inversa, que «los tradicionalistas más radicales, pero son pocos y cada día sus posturas se convierten en soliloquio y completa ridiculez», en palabras de Bratini.
En ambos casos se trata de una limitación mental impropia del arte, la técnica o ciencia. Similar falta es abominar del pasado en nombre del presente o el presente en nombre del pasado.
El verso libre y la rima son partes de las distintas maneras de enfrentar el hecho poético, válidas en cualquier época o país. Son riquezas formales para el poeta expresarse y revolucionar la poesía. También el verso blanco, que tiene medidas y no rima, aplicado por Neruda en «Cien Sonetos de Amor». Igual el poema en prosa o prosa poética (sin música ni versos) inventado por Baudelaire, aunque ya existía, en cierto modo, sin ese nombre.
Todo es válido en el arte si, haciendo buen uso de la técnica creativa o inventando una nueva, conmovemos con hondura la sensibilidad de los espectadores. Las escuelas son asuntos de críticos, más que de lectores y escritores. Siempre válidas y actuales, puede volverse a ellas y hacer grandes obras.
Tanto el verso libre como la rima pertenecen al pasado, pues el primero probablemente inició en el siglo XIX, con Whitman, y estamos en el XXI. La rima surge muchos siglos antes, cerca del siglo X antes de Cristo. Pero la edad de una forma no la vuelve nunca anticuada, ya que si así fuera, el realismo en pintura no se practicara, debido a que es la primera forma del arte pictórico: retratar la realidad monda y lironda.
EL VERSO LIBRE NO ES LIBRE NI EL RIMADO UNA PRISIÓN
Lo que no debemos es volver a una forma históricamente anterior (nunca anticuada) sin mirarla con nuevos ojos, sin renovarla. Petrarca, Rubén Darío y Antonio Machado reformaron rima, ritmo y medidas.
Los renacentistas revolucionaron las artes, volviendo a los modos clásicos, como siempre se hace: imprimiéndoles el estilo distinto que produce observar una obra desde otra época. Y, obviamente, crearon uno de los períodos de mayo esplendor en la historia del arte, con obras y autores emblemáticos e inolvidables.
Y que conste que el verso libre se llama así, pero en realidad todo verso, incluyendo los rimados, es y no es libre. Lo es porque el poeta se siente libre, espontáneo, suelto, feliz, en su ejercicio. Pero no lo es porque también tiene su propedéutica y retórica.
Lo mismo ocurre a quienes escriben con rima: cumplen sus reglas. Pero se sienten libres dentro de ellas, aunque aquellos que no la practican piensen que no. Ya lo decía Gabriela Mistral (la cito de memoria): «Dicen que escribir versos rimados da mucho trabajo, y sin embargo, para mí lo difícil es escribir sin rima».
La música, como género artístico, es otra muestra de que situar la escritura en una medida y rima no es una limitante. Las composiciones musicales están generalmente normadas por esos recursos. De modo que el poeta rimado goza de tanta libertad como quien escribe en los llamados versos libres.
SON DEL PASADO PARA EL RELOJ. NUEVAS PARA EL SENTIMIENTO
Como he dicho, es tan equivocado renegar del pasado como del presente. Quienes lo hacen disfrutan menos el proceso de crear y/o disfrutar las piezas artísticas. Debemos ser tradicionalistas y vanguardistas. Abrevar en las maravillas de ayer (que solo pertenecen al pasado para el reloj, pues para nuestra sensibilidad creativa y analítica son como acabadas de hacer) hoy y mañana.
Por eso, las escuelas de pintura, música, arquitectura y otras artes, empiezan refiriendo su enseñanza al pasado. Se estudian e imitan creaciones del pasado: clásico, romántico, etc.
Tenía razón el maestro Borges cuando dijo: «Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas». Y en otra parte: “No profeso ninguna estética. Cada obra confía a su escritor la forma que busca: el verso, la prosa, el estilo barroco o llano”.