El esfuerzo es ciclópeo, constante, obsesivo. De ese modo logra el resultado previsto. No importa qué o a quién destruya. La guerra mediática es incesante, despiadada. Semeja la estrategia alemana, la “blitzkrieg”, guerra relámpago que ataca al enemigo, de manera sorpresiva e inmediata, por varios frentes. La reacción es difícil, porque la agresión simultánea afecta la verdad.
El turno ahora ha correspondido a una comunidad, a un espacio único, asombro de verde y azul, de mar y montaña. La víctima propiciatoria es Puerto Plata. Tirios y troyanos, inclementes, arremeten en contra de los puertoplateños. Para nada importan porcentajes de la población participante, evidencias y menos importa la historia del pueblo agredido y su invalidez frente al arrebato de la fe y la manipulación. Es Puerto Plata despojada de sus glorias y belleza. Es la comunidad como botín que ha sufrido el embate de la rebatiña miserable, coyuntural, del odio circundante, tan potente como la pleamar. La irrupción en “La Novia del Atlántico” de Migdonio Adames, ha provocado una campaña feroz en contra del colectivo. El fervoroso tenía la misión de lograr la misericordia de Dios para que “alevante-sic- el castigo” que significa la enfermedad que produce el corona virus. El proyecto culminó en el municipio cabecera. Desde el domingo 25 de abril, día de la desafortunada bienvenida a Migdonio, los compueblanos reciben desprecio y burla. Se mezclan resquemores, desalientos, aspiraciones y frustraciones. Una semana después continúa el sonsonete, lejos del origen y las motivaciones que inspiraron al peregrino y a sus seguidores.
En el proceso penal valen el testimonio y la confesión, pero sucumben ante la contundencia de la evidencia material. Con o sin presencia del delirante ciudadano, el engaño y profusión de memes y bulos ha ido forjando la convicción de la alienación. Cada segundo el meme más creativo sustituye la evidencia, desautoriza o valida el anterior. El trabajo de Goebbels hubiera necesitado más personal para aumentar su efectividad y controlar la opinión durante el Tercer Reich. MacLughan, sin embargo, estaría satisfecho con el efecto de las patrañas a través de los medios dirigidos por la emoción, sin sala de redacción ni dirección responsable, aunque le sorprendería la velocidad de divulgación. Un mismo hecho, cada minuto, es explicado de manera diferente. Sin pruebas ni derecho a réplica, sin previa verificación, los mensajes compiten. Empero, solo hay que buscar para encontrar. Aparecen reportajes, invitaciones. Imágenes irrefutables, vehículos pertenecientes a las autoridades, el anuncio, el día 25, de las visitas de un candidato a Bonao, Santiago Oeste, Jacagua, Altamira, Puerto Plata. Están las declaraciones de los munícipes de Altamira, Imbert, Maimón, de personas que siguieron la ruta del iluminado, su descanso en los cuarteles de Bomberos. Está la exhortación a seguir al peregrino hecha por un mediático sacerdote, director y fundador del canal La Voz de María. Ese sacerdote, además de entrevistar y avalar la cruzada de Migdonio Adames, preguntarle si ayunó, lo compara con un profeta. Ora con él junto a otro sacerdote, sin mascarillas, con guantes y avisa, desde Villa Altagracia, la ruta que seguirá “el profeta”. En Bonao, vuelve el cura a tener contacto con “el iluminado” se compromete con la solicitud a Dios para que “alevante” el castigo.” Anuncia que se encontrarán en el Cruce de Controba–LaVega- y propala que Adames llegará a Puerto Plata, visitará el teleférico y se comunicará con el Obispo. La actitud del conturbado obispo desmiente la aseveración. Ha reprobado la conducta de “el supuesto iluminado” y ha reiterado su llamado a cumplir con las medidas de distanciamiento social que procuran detener la propagación del virus. El oportunismo y la perversidad no pueden apropiarse de Puerto Plata. No pueden afectar su esencia, presente en cada rincón, enredada en las aguas de sus bahías, saltos, pozas. No pueden interferir el murmullo de almendros, pinares, uvas, jacarandas y caña. Que cese el ataque a ese lugar que ha repudiado la traición y la cobardía y exhibe un prontuario envidiable de poesía, resistencia y subversión.