Juan Alexis Medina Sánchez acudía entre tres y cuatro veces a la semana a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) y se le consideraba más poderoso que el propio Francisco Pagán, quien desempeñaba la función de director general, según el documento de solicitud de medida de coerción realizado por Ministerio Público.
De acuerdo al documento, para el liberamiento y la rápida aprobación de los pagos a las compañías del entramado societario, contaban con la aprobación del contralor general de la República en ese momento, Rafael Antonio Germosén (octubre 2012-septiembre 2016), quien de manera irregular omitía los procedimientos legales para favorecer a los mismos», asegura el MP.
«Yo no podía hacer nada sin el contralor», declaró Francisco Pagán en interrogatorio realizado en presencia de su abogado, según el Ministerio Público.
El documento indica que el Contralor, lejos de fiscalizar era un aliado de los actos de corrupción cometidos y una pieza indispensable, ya que sin su participación no era posible distraer los fondos del patrimonio Público.
«En su condición de rector del control interno el Contralor, no cumplía ni con las reglas de exigencias con relación a sus funciones ya que no realizó todas las declaraciones juradas exigidas por la ley, permaneciendo como omiso, todavía en la actualidad», establece.