En el Siglo XV los gestores de la Ópera del Duomo y los Tejedores de Florencia decidieron que doce esculturas adornarían el exterior de la Catedral de Santa María del Fiore, conocida como el Duomo de Florencia, Italia.
Para esos fines, de la cantera de Fantiscritti, en Carrara, se obtuvo un bloque de mármol de 5.50 metros bautizado como “el gigante”. Dos escultores intentaron trabajarlo, pero no pudieron y lo dejaron abandonado en un almacén.
A principios del siglo XVI, se llamó a Miguel Angel Buonarroti entre los más connotados escultores de la época, quien aceptó el reto de utilizar el dañado pedazo de mármol por los intentos anteriores. Inicio el trabajo en septiembre de 1501 hasta que el 8 de junio del 1504, finalizada la obra, fue llevada la famosa escultura “El David” de Miguel Angel, a la catedral de Florencia, Italia.
Lo grandioso de la escultura es como Miguel Angel pudo plasmar en piedra un David tenso en tiempo antes de enfrentar y decapitar a su enemigo Goliat, por la expresión de su cara y la contracción de sus músculos, las venas en relieve parecen tener sangre corriendo dentro de ellas. El David sujeta una piedra en la mano derecha y una honda sobre su hombro izquierdo.
En la actualidad, El David se encuentra en la Galería de la Academia de Florencia donde fue trasladado en 1910 para protegerlo de la intemperie en la Piazza della Signoria, donde se puede ver una copia del original. También existe otra copia en la Pliazzale Mighelangelo, plaza dedicada al magnifico artista renacentista.
Otras de las maravillas de Miguel Angel Buonarroti son: Los frescos de la Capilla Sixtina, La Piedad, la tumba del Papa Julio II donde está el Moisés, entre muchas otras.