Algo de todo. Siempre había escuchado que Napoleón Bonaparte era de estatura muy baja. Pero ahora me encuentro con datos que dicen que en realidad tenía 170 centímetros, igual a 5 pies y siete pulgadas. Esa reputación de ser bajito, según cita un artículo publicado en 2016, en el National Post, periódico canadiense, pudo deberse a sátiras y afán difamatorio de los ingleses, quienes lo presentaban como infantil, mezquino y chiquito.
Cuando Napoleón murió, en los documentos se cita su altura de 157 centímetros, o 5.1 pies, pero dicen los estudiosos que ese error se debió a una diferencia entre las unidades de medida francesas y las británicas. Esta medida encajó perfectamente con su reputación Todo es posible, pero en las pinturas de su época se nota su escasa estatura.
Acabo de regresar de los parques de Orlando con mis nietos y no salgo de mi asombro de lo complicado de la plataforma que iniciaron a finales del año pasado en todos los del grupo Disney. Compramos carísimo el poder reservar por el paso rápido que ahora se llama “Lighting Lane” y oh sorpresa! el visitante no tiene controles, es cuando ellos deciden. De no haber sido por Carolina, mi nuera, que se pasaba el día entero mirando el celular tratando de conseguir reservas para entrar por la susodicha línea rápida, nos hubiéramos perdido la mitad de las cosas por las colas tan largas.
Los pases rápidos individuales para ciertas atracciones específicas, tienen que comprarse separadamente del paquete de líneas rápidas ya adquirido. Le dan preferencia de primera compra a los que se hospedan dentro de los hoteles de Disney, medida muy discriminatoria pues todos pagamos el mismo precio. Por ser aleatorio, no permite redistribuir el día y en ocasiones teníamos que cruzar el parque de extremo a extremo por la atracción y la hora que nos asignaban. Que poco “amigable” es ese nuevo sistema.