Existen varias historias sobre el origen de la isla de Curazao, en las Antillas Menores. Una es que cuando Alonso de Ojeda estuvo en la isla en 1499, la llamó Isla de los Gigantes por la alta estatura de los indígenas que vivían allí. Varios de sus marineros estaban aquejados de una enfermedad llamada escorbuto, por lo que quedaron en la isla.
Al llegar los holandeses y enterarse que los marineros españoles se habían curado de la enfermedad, la bautizaron “Ilha da Curacao” o Isla de la Curación. Ya en poder de los holandeses en 1634, quedo simplemente como “curazao” .
Otra versión cuenta que se deriva de la palabra “corazón”, refiriéndose a la isla como un centro de comerciantes. Los primeros mapas realizados en Europa, aparecía la isla en forma de corazón. En los primeros mapas españoles aparecía con los nombres de Curacote, Curasote y Curasaure, pero en 1550 ya aparece como “Quracao”. En su lenguaje, papiamento, se llama “País Korsou”.
El topacio, piedra preciosa que tienen diversos colores, incluso incoloras, confundiéndose con diamantes, debe su nombre a la isla de Topazios, en el Mar Rojo, donde se encontró el primer yacimiento. Con los años también existen en Alemania, Brasil, China, Japón, y muchos otros países.
Un estudio de investigación sobre el cáncer de próstata encontró que los hombres que comenzaron a perder cabello a la joven edad de 45 años tienen menos posibilidades de padecer de cáncer de próstata en comparación con los hombres que tienen mucho cabello.