Pocas veces nos devolvemos hacia el pasado –reciente-, pero puede suceder. Así fue cuando Fernando Báez presentó en el Museo de Arte Moderno parte de su magna colección.
Expresamos entonces: “Nos ha impresionado la sensibilidad singular de Fernando Báez Guerrero, cómo él supo encontrar cuadros… fuera de lo común, de lo impactante, o de los que más se conoce de sus autores. Una virtud de gran coleccionista, ¡él mismo dice que a ellos les debe su pasión por el coleccionismo!”
Hoy, nos expresaríamos igual, y hasta con mayor énfasis.
“Almas Latentes”, y específicamente la segunda parte, es una joya. Los grandes coleccionistas “crecen” como los grandes artistas. Esta selección de obras, priorizando a los artistas europeos del exilio, es un esplendor, que contó además con la colaboración curatorial de Abil Peralta y la museografía de Mildred Canahuate.
Debemos elogiar ese excelente montaje por Mildred: se convierte en arquitectura interior –pintura, repartición e instalación-, y un despliegue documental, también de excepción. ¡Se luce el Museo!
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Una pléyade de talentos
Nos quedamos absortos… Informaciones, fotos y textos reproducidos, revelan una investigación muy seria, y ojalá esta igualmente figure en el catálogo.
Los jóvenes, sobre todo, tienen entonces cita con la historia.
Luego, pinturas, dibujos, grabados, esculturas, de diferentes fechas, desfilan al compás de nuestros pasos. Es una “gloria”, visual e intelectual, mirar parte de lo que hicieron estos valiosos y valientes inmigrantes, la mayoría siendo ya artistas con madurez creativa y oficio dominado. Hay una cierta tendencia a considerar juntos avance y tropicalización: justamente, por ser artistas formados, su nueva residencia incidía en las obras.
De los “allegados”, según les llamaba Danilo de los Santos, españoles, republicanos y de ideas progresistas, están representados Manolo Pascual, José Vela Zanetti, Josep Gausachs, Joan Junyer, Angel Botello, Eugenio Fernández Granell. Alfonso Vila “Shum”, Ramón Prats, Antonio Prats-Ventós –todavía un niño al llegar aquí -.
Los demás artistas europeos expuestos, de origen germánico y confesión judía, son George Hausdorf, Ernst Lothar, Joseph Fulop y Mounia André – también destacada analista-.
José Vela Zanetti
Otorgaremos un lugar especial a José Vela Zanetti por su sorprendente diversidad estilística, entre poesía, humor y juego, cuando suelen definirle como el magnífico y robusto pintor realista, virtuoso del muralismo…
Ciertamente, fue su “tabla de salvación”, ¡pero cuánto pluralismo conceptual y técnico, cuánta modernidad, cuánto divertimento! Además, Vela Zanetti, docente emérito, escribía también ejemplarmente: ya hemos observado, que, con frecuencia, artistas magistrales pueden ser notables críticos de arte.
Hemos tenido la suerte de encontrar, entre papeles, un artículo sobre arte dominicano que José Vela Zanetti, entonces director de la Escuela de Bellas Artes, escribió en 1954 ,en “La Revista Francesa” (La Revue Française) – publicación cultural de alto nivel entre 1950 y 1975, y número dedicado a la República Dominicana-.
El texto en francés –muy probablemente traducido-, “Les Arts plastiques” o sea ”Las Artes plásticas”, escrito durante la dictadura, hizo un discreto elogio a
Trujillo, reserva no habitual, concluyendo: “Tal es la transformación radical producida en quince años por las iniciativas del actual leader dominicano”. JoséVela Zanetti destacaba el papel de los exiliados europeos en el desarrollo del arte dominicano , se refería a entonces cuatro grandes nacionales – Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel, Darío Suro, Jaime Colson, y mencionaba a jóvenes muy prometedores -Silvano Lora, Paul Giudicelli-, así como a cuatro mujeres ascendentes… Tal vez fue el primer análisis histórico y exhaustivo en la materia, de proyección internacional, que no solamente trata de las artes visuales, sino de la evolución y del surgimiento de las grandes instituciones dominicanas oficiales.
Es sumamente interesante, y se siente el amor agradecido de José Vela Zanetti por el país. Este comentario, casi septuagenario, nos enseña el sitial del maestro de Milagros, entre las “Almas Latentes”, una exposición, justamente dedicada al Museo Bellapart, y que, en razón de su excelencia e importancia, el Museo de Arte Moderno debería prolongar.