WASHINGTON. Amazon sacudió el sector de la distribución con el anuncio este viernes de la compra de la cadena de supermercados de alimentos orgánicos Whole Foods, una operación que subraya la creciente influencia del gigante de ventas en línea en la economía de Estados Unidos.
Amazon adquirirá al número uno de alimentos orgánicos de Texas por 13.700 millones de dólares, o 42 dólares la acción. El título de Whole Foods cotizaba en el rango promedio de 30 dólares en mayo y la primera parte de junio.
Se trata del último gran movimiento de Amazon y su carismático jefe ejecutivo Jeff Bezos, que transformó la compañía de una pequeña librería en línea en la década de 1990 a un gigante global de venta minorista que ofrece una amplia gama de productos.
«Millones de personas aman Whole Foods Market porque ofrecen los mejores alimentos naturales y orgánicos, y hacen que sea divertido comer sano», dijo Bezos.
“Cambio total”
Con esta compra, Amazon cambia por completo el paisaje de la distribución de alimentos y extiende aún más su imperio, tras incursionar en la producción de series de televisión, los supermercados, la nube informática y los drones.
«Whole Food otorga a Amazon la oportunidad de convertirse en un importante actor en el sector de los alimentos sin la necesidad de construir una red física desde cero», estimó Neil Saunders, experto de Global Data.
Whole Foods es la mayor adquisición realizada por el grupo de Jeff Bezos, que en 2009 compró Zappos.com por 1.200 millones de dólares y en 2014 la plataforma de streaming Twitch por 1.000 millones.
Pese a que la gestión de grandes superficies difiere del modelo de venta establecido por Amazon desde sus inicios debido a una complicada logística y enormes costos, el gigante de ventas en línea comenzó recientemente a expandirse en el segmento de los supermercados tradicionales.
Lanzó Amazonfresh, un servicio de entrega de alimentos frescos, abrió hace poco una tienda sin cajeros en Seattle (noroeste) y ensaya un con concepto de tienda en el que los consumidores podrán recoger las compras que ordenaron por internet.
La compra de Whole Foods «va a cambiar todo» para los supermercados tradicionales, estima Gregori Volokhine, experto de Meeschaert Financial Services.
Amazon va a «utilizar Whole Foods como un laboratorio para ensayar una transformación total del sector» de la distribución de alimentos que hasta el momento ha invertido poco en el comercio en línea, agregó.
Un sentimiento ampliamente compartido por Wall Street, donde se desplomaron la mayoría de las acciones del sector: la de Wal-Mart 6,22%; Target 10,37%, Costco 6,84%, mientras que la acción de Kroger, que se consideró que era un futuro comprador de Whole Foods, cayó un estrepitoso 14,41%. Para los jugadores tradicionales del sector «es absolutamente dramático», porque significará «una mayor competencia a nivel de precios», dijo Volokhine.
«Los márgenes a nivel de alimentos son de 2%, extremadamente débil», agregó.
Oportunidad
Se espera que la transacción se cierre en la segunda mitad de 2017, después de las aprobaciones reguladoras y el voto de los accionistas de Whole Foods, que conservará su nombre y a su presidente ejecutivo, John Mackey, en el timón.
Fundada en 1980 sobre la base del comercio justo y la alimentación saludable, Whole Foods sufre desde hace dos años una disminución de sus consumidores. La marca está presente en 41 estados de Estados Unidos, pero sólo en tres países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido). Whole Foods, que ha enfrentado la presión de los inversionistas, continuará operando tiendas bajo su marca y será dirigida por su cofundador y presidente ejecutivo, John Mackey, dijeron ambas compañías.
«Esta sociedad representa una oportunidad para maximizar el valor de los accionistas de Whole Foods Market, al mismo tiempo que amplía nuestra misión y aporta la más alta calidad, experiencia, conveniencia e innovación a nuestros clientes», dijo Mackey.
En mayo, Whole Foods reemplazó a cinco miembros del directorio y a su director financiero.
Un fondo de cobertura evaluó que la compañía estaba subvalorada y necesitaba revisar sus operaciones y considerar «alternativas estratégicas», un término que usualmente se utiliza para indicar una venta.