El ambientalista Luis Carvajal denunció ayer que el Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño está afectado por cerca de mil hornos activos para fabricar carbón y por la extracción continua de madera de guayacán y de otros árboles, que pone en peligro a esa reserva natural.
El defensor del medio ambiente aseguró que ese ‘horrendo crimen’ ocurre del mismo modo en la mayoría de los bosques dominicanos.
El futuro es hambre y sed
Carvajal manifestó que el futuro y el presente de República Dominicana lo están convirtiendo en humo, cenizas, hambre y sed.
“Agua, producción agrícola, balance climático, biodiversidad, turismo ecológico, desarrollo sostenible, seguridad ante eventos extraordinarios, resiliencia social y ambiental son palabras que suenan muy bien en los discursos y documentos oficiales, aunque en los territorios lo que ocurre demandaría usar sus antónimos”, expresó Carvajal en una comunicación.
El ecologista señaló que eso que sucede en el Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño es una señal de que el país avanza de manera sostenida y sostenible al desastre definitivo.
Puede leer: Medio Ambiente resalta logros desarrollo sostenible en Naciones Unidas
Manifestó que de esa situación tienen conocimientos las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, los comandantes del Servicio Nacional de Protección Ambiental (SENPA) o Policía Ambiental, las gobernadoras provinciales y los alcaldes.
No importar al Gobierno
En opinión de Luis Carvajal esa realidad parece no importar al Gobierno, porque están ocupados en alianzas público-privadas, en fideicomisos y en comunicar lo que ha cambiado el país, aunque todo siga igual.
Sostuvo que está consciente de que cumplir y hacer cumplir la ley afecta a los poderes fácticos, a conmilitones propios y adversos, a quienes alimentan o se alimenta del sistema de partidos y a financistas pasados, actuales o potenciales futuros votantes.
“El entierro continúa. No olvidemos que el cadáver en el féretro somos nosotros, todos nosotros sin excepción alguna”, expresó.
El Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño fue creado para conservar la porción de la cordillera Central que toca el Mar Caribe, donde hay una biodiversidad especializada con latitudinales que se conjugan con las vistas de la Bahía de Ocoa y Playa Caracoles.