Mientras Chez Checo recomienda al Gobierno no confiar en que las potencias resolverán la crisis; Castillo cree necesario seguir reclamándoles ir en auxilio de Haití.
Los expertos y analistas preocupados por la crisis haitiana están de acuerdo en que ante la frialdad de las comunidad internacional con Haití, a la República Dominicana no le queda más que tomar medidas por su cuenta, para evitar más efectos negativos.
El historiador José Chez Checo y el dirigente político Pelegrin Castillo hicieron sus críticas en diversas vertientes en el pasado Foro de la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) titulado “Presente y futuro de las relaciones con Haití: los desafíos de una buena vecindad”.
Chez Checo, al disertar bajo el tema “La Inmigración haitiana en RD: Un gravísimo problema”, tras reafirmar la marcada diferencia entre las culturas de ambos países citó unas 26 medidas que desde el Estado se deben tomar, entre ellas: no confiar en que Estados Unidos, Francia y Canadá se encargarán de Haití, porque no les interesa y por el contrario su agenda es fusionar ambos países; no permitir la entrada ilegales, porque fomenta la inestabilidad social, la delincuencia y la criminalidad; sellar la frontera; apoyar la construcción del muro e implementar el desarrollo fronterizo.
Además que se afronte el tema de las parturientas, traídas por mafias y exigir a la entidades preocupadas por los haitianos en RD como USAID, Unión Europea, Iglesia católica y Participación Ciudadana que hagan hospitales móviles en Haití; no parar las repatriaciones; multar a los que emplean ilegales haitianos; regularizar los inmigrantes que necesite el país con todas sus garantías, entre otras.
Al tocarle el turno al dirigente político Pelegrín Castillo, este aseguró lo de Haití no es un problema de flujo migratorio, sino de corte internacional, donde las potencias pretenden diluir la crisis en la fragilidad del Estado Dominicano.
Pidió no renunciar a la demanda a la comunidad internacional para no perder el factor moral de la lucha, pues desde fuera al país se le ha creado un perfil de “Estado Criminal”, para justificar a futuro una intervención a la isla.