Analizan embarazos precoces y aborto

Analizan embarazos precoces y aborto

Pobreza y escasos niveles de educación son los caminos que conducen  de manera más rápida  al drama del embarazo en adolescentes. Esa es la visión concluyente de varios expertos en salud sexual y reproductiva de Profamilia, quienes coinciden además en que los vacíos que registra el país en materia de educación sexual inciden en esta problemática social.

El doctor José Figueroa, director médico de la entidad, planteó en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio que una buena parte de las adolescentes que se embarazan en la República Dominicana lo hacen a conciencia, con la absurda creencia de que un hijo les proporcionará una relación conyugal que las sacará de la pobreza.

Ese dato no es empírico, pues es el resultado de un estudio realizado por el doctor Eddy Pérez Then, afirmó al destacar que la investigación rompió algunos paradigmas que se tenían sobre el tema.

“En general creíamos que los embarazos en adolescentes eran circunstanciales, pero ocurre que una buena parte de estos son buscados por las jovencitas para salir de una situación determinada.

“Lo que no saben estas jovencitas  es que ese primer hijo las sumirá en la pobreza porque quedarán limitadas sus posibilidades de acceso a la educación y a un trabajo digno”.

Myrna Flores, del programa de Género y Derecho de Profamilia, expresó que también se registran niveles de manipulación de los familiares de las jovencitas cuando a estas las embaraza un adulto con ciertas posibilidades económicas.

“Lo peor es que estas jovencitas no están en capacidad de tomar una decisión tan importante como evitar un embarazo”.

Sobre el particular se expresó Esther Vicente, presidenta para el hemisferio occidental de la Federación Internacional de Planificación Familiar, quien dijo que es una perspectiva equivocada pensar que un hijo saca a una mujer de la pobreza.

Pero además destacó que los embarazos en adolescentes están vinculados con la educación sexual integral, porque en la medida en que a los niños y jóvenes se les informe sobre el proceso reproductivo,  y  les den opciones de educación, “entonces estaremos consiguiendo cambios”.

La realidad de RD.  La tasa de embarazos en adolescentes del país es la más alta de la región del Caribe y está entre las primeras del mundo -con un promedio que está entre el 28% y el 30%- de acuerdo con las declaraciones de Figueroa.

“Lo que significa un embarazo para una joven es dramático para su salud y justamente esa es la gran preocupación.

“Por eso nosotros abogamos porque los adolescentes y los jóvenes tengan la suficiente información sobre salud sexual y reproductiva, sobre los métodos anticonceptivos para que se les evite un embarazo no deseado”.

Figueroa dijo además que estos embarazos no deseados están vinculados a abortos inducidos que, muchas veces, representan un grave peligro porque accesan a métodos que luego afectan su salud.

“De modo tal que ese es el significado, en términos de salud, de lo que es un embarazo en adolescentes”, subrayó.

Pero los expertos también vincularon esos embarazos a la violencia intrafamiliar, en tanto, muchas de esas jóvenes soportan maltratos por la dependencia hacia su marido o proveedor.

Mirna Flores, del programa de género y derecho de Profamilia, explicó que aunque ha habido una baja en la tasa de fecundidad entre adolescentes -92 por cada mil adolescentes hasta el año 2007, eso no significa que los embarazos no representen un verdadero problema  para la República Dominicana.   

Métodos anticonceptivos.   Sobre las políticas de aplicación de métodos anticonceptivos Vicente afirmó que América Latina está entre las regiones del mundo con mayor tasa de fecundidad.

“Hay alrededor del mundo una necesidad no satisfecha de acceso a métodos anticonceptivos, de hecho, más de 200 millones de mujeres, en diversos países viven sin acceso a servicios de salud sexual y reproductivos y a la anticoncepción.

“A pesar de los 60 años que se lleva luchando la institución que represento para que la  planificación familiar se convierta en una realidad en todas las personas, todavía hay vacíos”.

Eso no ha sido posible, argumentó, porque  los segmentos de la población más empobrecidos son los que menos acceso tienen a información sobre salud reproductiva o a métodos anticonceptivos.

“El derecho a la planificación  familiar debe estar acompañado por otros derechos como  el derecho a la información y la educación, y hay personas que todavía no tienen información sobre cómo controlar la fecundidad. “Pero además, todavía hay tabúes y prejuicios sobre el uso de métodos anticonceptivos y eso ocurre inclusive en países en desarrollo, como en Estados Unidos, donde algunos sectores conservadores cuestionan que el seguro de salud incluya el acceso a métodos anticonceptivos”.

Por qué el atraso.  Vicente entiende que son diversos los factores que impiden que se universalice la salud sexual y reproductiva y citó entre esos la falta de voluntad política de los estados, acompañado de prejuicios y tabúes que emanan de las religiones.

“Todo eso tiene que ver con  visiones tradicionales sobre el rol de las mujeres en nuestras sociedades, con la idea de que el papel  de estas es  solo ser madre y permitirle su proceso reproductivo representa una demonización.

Tiene que ver con las posturas que asumen algunos líderes e instituciones religiosas que todavía condenan el uso de anticonceptivos como prácticas contrarias a sus dogmas”. 

La cifra

28 por ciento de embarazos.  Esa es la tasa de embarazos en adolescentes en la República Dominicana. Es   la más alta de la región del Caribe y está entre las principales en el mundo. La pobreza y la falta de educación inciden en la problemática.

La educación sexual en las escuelas dominicanas no es integral

Myrna Flores, de Profamilia, consideró que en el país no se aplica una verdadera educación sexual en las escuelas y dijo que los programas que se ejecutan carecen de continuidad.

“Si damos la educación sexual solamente en la secundaria, hay un segmento de la población que no la va a recibir por los niveles de deserción que existen y precisamente son los jóvenes los que más la necesitan”.

Susi Pola, coordinadora de Derechos Sexuales y Reproductivos de Profamilia, explicó que esos vacíos se dan porque hay una relación muy estrecha entre educación y la Iglesia Católica.

“En realidad la educación dominicana está prácticamente basada en la religión católica.

“Estamos hablando de una jerarquía eclesiástica, de la Iglesia Católica, que se opone a la educación sexual en las escuelas, y pasa con la jerarquía de algunas iglesias protestantes”.

De acuerdo con Pola, la currícula escolar dominicana tiene una influencia muy grande con la Iglesia Católica y eso tiene su origen en el Concordato firmado entre el Gobierno dominicano y el Vaticano el siglo pasado.

“Si usted ve el Concordato pueden entender por qué la currícula no sale de ese atraso”, expresó la experta en el Almuerzo de  Comunicaciones Corripio.