Durante un coloquio realizado en la Academia Dominicana de la Historia, FrancisPou de García y Rafael Pérez Modesto analizaron la forma en que se gestó la expedición del 14 de junio de 1959 y sus repercusiones en la vida dominicana.
En presencia del cubano Delio Gómez Ocho, héroe de la gesta, Pou de García detalló cómo fue articulado el movimiento de exiliados políticos que impulsó la expedición patriótica contra la larga tiranía de Rafael Leónidas Trujillo.
La socióloga manifestó que apenas tres días después del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en enero de 1958, en Venezuela, un grupo de dominicanos residentes en ese país suramericano se reunieron a fin de dar inicio a la constitución de una organización no partidista para luchar contra la dictadura de Rafael Trujillo.
También, sostuvo que esta junta procedió al día siguiente a informar sobre su formal constitución y, de este modo, dar inicio a su decidido plan de buscar la solidaridad del gobierno provisional venezolano, presidido por el contralmirante Wolfgang Larrazábal.
Dijo que la unidad del exilio antitrujillista era la prioridad y que en otras ciudades que congregaban una significativa colonia de dominicanos se fueron constituyendo la Unión Patriótica Dominicana de los Estados Unidos, con sede en Nueva York, y la de Cuba con sede en La Habana.
Enfatizó que en Puerto Rico y en Nueva York una parte de los exiliados se agruparon en el Frente Unido Dominicano, mientras que en Venezuela existió un pequeño grupo de exiliados, congregados en el Frente Democrático Independiente Dominicano.
Dijo que el grupo de dominicanos residentes en Venezuela, agrupados en la Unión Patriótica Dominicana, decidieron estratégicamente brindar su apoyo a la expedición armada cubana que había salido desde territorio mexicano con destino a Cuba, comandada por Fidel Castro, junto a un grupo de valientes combatientes dispuestos a derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, creando un foco guerrillero en Sierra Maestra, y con el apoyo de un frente interno en diferentes regiones de la isla lograron el triunfo el 1⁰ de enero de 1959”.
Indicó que, motivada por alcanzar en su momento, un triunfo similar al de los cubanos, la Unión Patriótica Dominicana en Venezuela se sumó a la causa cubana al realizar una venta de bonos para recaudar fondos, así como aportar armas que, a su vez, habían recibido de amigos venezolanos aliados a la lucha de los dominicanos, entre los que mencionó al doctor Marcelino Madriz, al capitán Héctor Abdelnour y al ingeniero Gastón Carvallo.
“Para los dominicanos de la UPD el apoyo a la guerrilla cubana era una vía para alcanzar un respaldo seguro de Cuba. Estas contribuciones monetarias y las armas fueron entregadas personalmente al propio doctor Manuel Urrutia Lleó, quien se encontraba en esos momentos en Caracas, y ya había sido designado en el exilio, presidente de la Cuba Libre”, subrayó.
Aseguró que “en un avión que llevaría a Cuba estas armas, la Unión Patriótica de Venezuela mandó a Enrique Jiménez Moya, que había sido seleccionado como la persona idónea para llevar un documento-compromiso a ser entregado personalmente a Fidel Castro, mediante el cual se exponía y se acordaba un concreto proyecto de solidaridad revolucionaria entre los cubanos y los dominicanos en el exilio”.
Expresó que “ese documento-acuerdo hacia la causa dominicana estaba firmado en nombre del Comité de Acción de la Unión Patriótica de Venezuela, por el doctor Francisco Castellanos, Rinaldo Sintjago Pou, Cecilio Grullón y el doctor Miguel Ángel Gómez Rodríguez”.
Afirmó que a raíz de este viaje a Cuba es que Enrique Jiménez Moya se integra a las milicias guerrilleras en Sierra Maestra, donde alcanza el grado de capitán del Estado Mayor del Ejército Rebelde, cayendo herido en combate, condición que le hizo ganar mayor respeto y profundizar su amistad con el comandante Fidel Castro, que se había iniciado en Cayo Confites en 1947.
Dijo que en demostración de que la unidad entre cubanos y dominicanos ya se había sellado, a los pocos días del triunfo de los cubanos, Fidel Castro y una comitiva viajaron a Venezuela, un 23 de enero, en compañía del dominicano Rinaldo Sintjago, quien se encontraba en Cuba desde el 2 de enero, para ultimar detalles referentes a la colaboración del gobierno revolucionario cubano con la causa dominicana.
“Según rememoraba Pou Saleta de ese encuentro, Fidel Castro llegó a expresar que, a diferencia de Cayo Confites, en esta ocasión la mayor parte de los expedicionarios debían ser dominicanos, al tiempo que exhortaba para que los voluntarios volaran a Cuba cuanto antes con la finalidad de iniciar el entrenamiento militar”, dijo Pou de García, hija de Poncio Pou Saleta, héroe de la expedición.
Por su lado, Pérez Modesto aseguró que el asesinato de las hermanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal y la despiadada reacción represiva de la tiranía trujillista contra los expedicionarios del 14 de junio representaron el inicio del fin del régimen encabezado por Trujillo.
Aseguró que a partir de esos acontecimientos que conmocionaron a la sociedad dominicana la oposición interna contra la dictadura se recrudeció y que esa situación culminó con el ajusticiamiento del tirano el 30 de mayo de 1961.
Durante el coloquio, el comandante Delio Gómez Ochoa, héroe sobreviviente de la expedición del 14 junio, dio algunas explicaciones sobre fotos proyectadas sobre la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo.