Sra. Valentina Medina (Tinita), junto a su hijo Manolo Encarnacion Medina piden ayuda. Vivienda donde residen. Hoy/Fuente Externa 05/10/20
Postrada en una cama, la señora Valentina Medina sufre la inclemencia con la que la ha tratado una vida llena de carencias, de trabajo duro que a sus 103 años no le ha permitido siquiera tener techo propio, como lo soñó cuando dejó su natal El Cercado, en San Juan, para vivir en el sector Invi, de Los Alcarrizos.
La dama, que no cuenta con ayuda estatal ni de otra índole, requiere de alimentación especial, de suplementos, como vitaminas que su hijoy cuidador, Manolo Encarnación Medina, no puede costear.
El hombre, de 67 años, trabajador informal “cuando algo aparece”, cuenta las penurias que afrontan en la precaria vivienda alquilada, levantada por completo de zinc, en condiciones deprimentes y en la que el calor y la pobreza son insufribles.
Los interesados en ayudar a esta atribulada anciana, llamar al télefono 809-863-9224.
“Es muy difícil, antes de este virus vendía helados en la escuela pero la cerraron para evitar que la enfermedad contagie y en la calle es poco lo que compran”, narra Manolo con pesar.
Explica que permanece en el plantel para cuidarlo y ayudar en lo que necesiten y además trabaja en el sector de construcción, una industria que en medio de esta pandemia es poco lo que ofrece para subsistir.
Es también pintor de casas, en lo que está dispuesto a laborar.
Agradece cualquier contribución en aportes a su mamá o con trabajo en su área.
Este obrero, que por muchos años ha cuidado con esmero de su madre, confía en que manos bondadosas de entidades públicas y privadas y personas particulares colaborarán con la noble causa.